El escritor Leopoldo Lugones se suicidó el 18 de febrero de 1938 en el Hotel “El Tropezón” de Tigre, ingiriendo una mezcla de cianuro y whisky. La razón de esa decisión es motivo de discusión de sus biógrafos. Sea por su decepción con los movimientos políticos que había apoyado en el final de su vida, sea por la negativa de su hijo a su romance con una mujer muchos años menor, el suicidio de Lugones inauguró una serie de sucesos trágicos en su familia. Su hijo se suicidó como uno de sus bisnietos y una nieta, Susana, desapareció durante la dictadura.
Notablemente, en “El puñal”, uno de los cuentos de su libro “Cuentos fatales”, publicado en 1924, nos encontramos con este texto premonitorio:
-(…) Entretanto, permítame. Debe ser usted de raza española, sin mezcla. Por ahí se puede tener siempre algo de árabe. ¿Correspondió su nombre de pila al del santo que señalaba el almanaque el día de su nacimiento?Pueden leer el cuento en:
–No; fue una ocurrencia de mi madrina.
–Una ocurrencia es siempre una revelación. Así tuvo usted en su nombre la doble ele inicial que corresponde a su signo astronómico (los Gemelos, ¿no es cierto?) y repetida por contenido fonético, la influencia del León, que significa el imperio de la violencia en su destino.
–Confirmada –añadí, tendiéndole la palma de mi mano izquierda con voluble abandono de la jovialidad– por una doble señal de muerte violenta…
El desconocido echó una viva mirada sobre mi nítida red palmar.
–¡Y todavía con el signo del puñal en el valle de Saturno! Diablo, señor Lugones –agregó, riendo a su vez–, su caso podría ser inquietante.
–¿Por qué?– interrumpí–. Si es realmente la fatalidad, fuera inútil oponerse a lo inevitable.
http://es.wikisource.org/wiki/El_puñal
y leer más de la vida de Lugones en:
http://es.wikipedia.org/wiki/Leopoldo_Lugones