El PP está solo, sin nadie con quien hablar o pactar, porque su imagen está demasiado contaminada por la corrupción y su líder, Mariano Rajoy, manchado por fallos y errores como el incumplimiento de sus promesas, no haber hecho nada por la regeneración y haber convivido, amistosa y amablemente, con la corrupción. ---
La imagen del PP es patética. Bajo el liderazgo de Rajoy se ha convertido en un partido aislado y sin amigos. Hasta Ciudadanos, un partido nuevo que está en un espacio sociológico similar, tiene reparos para apoyar la continuidad de Rajoy como presidente. La imagen del político gallego tiene demasiadas grietas y, aunque su partido se niegue a admitirlo, Rajoy es ya un cadáver.
Las hemerotecas no perdonan y ahora traen de nuevo a portada a un Mariano Rajoy que le dijo al líder del PP valenciano Alfonso Rus, detenido por corrupción, "Yo te quiero, Alfonso, coño, te quiero". Esa corta frase, unida a aquel terrible apoyo a Bárcenas, cuando la dijo "Se fuerte, Resiste", pesan ahora sobre Rajoy como una losa de plomo y reflejan con crudeza la imagen de un político que ha sido débil e indolente frente al mayor y mas vergonzoso drama de España: la corrupción de su clase dirigente, que ha infectado a las altas instituciones del Estado y, con especial intensidad, a la clase política.
¿Quien se atreverá a apoyar la candidatura de Rajoy en estos momentos? Parece que la realidad se está abriendo camino y son ya muchos los miembros del PP que admiten en privado que Rajoy es ya un político amortizado y que debería dejar su sitio a otro para evitar que el partido siga hundiéndose. Es paradógico, pero el destino de Rajoy está siendo el mismo que el de Zapatero, que estaba tan devaluado como dirigente que hacía un daño terrible a su propio partido.
Muy mal tiene que estar considerado Rajoy para que el PSOE le niegue su apoyo en las actuales circunstancias de España, teniendo en cuenta que entre el PP y el PSOE apenas hay diferencias. Han convivido juntos con la corrupción, se han alternado en el poder, han cooperado en el control de los órganos judiciales y han votado juntos para bloquear toda iniciativa que les pudiera perjudicar y han construido unidos en entramado indeseable de los aforados, que les sirve para proteger a sus delincuentes, defectos y suciedades que superan los de dictaduras foráneas estigmatizadas por la prensa española.
Los méritos acumulados por Rajoy en la gestión de la economía, aunque enturbiados por un endeudamiento preocupante en los mercados, a los que ha pedido mucho mas dinero que el despilfarrador Zapatero, son evidentes, pero no son suficientes para borrar sus dramas y carencias, entre los que sobresalen tres muy importantes: no haber sabido aprovechar la gran mayoría absoluta que le regaló el pueblo español para regenerar la podrida política española; haber convivido sin problemas con la corrupción mas indecente y haber mentido e incumplido muchas de las promesas que hizo a sus electores.
Pero su mandato, ademas de esas lacras, tiene muchas otras manchas y carencias, entre ellas las de no haber reducido drásticamente el tamaño de un Estado que es insostenible y en el que hay mas políticos cobrando que en Alemania, Francia e Inglaterra juntos, haber permitido, sin hacer nada, grandes estafas y atentados contra los ciudadanos, como los abusos de Bankia y el robo de las participaciones preferentes, haber seguido manipulando, desde el partido y el gobierno, la Justicia y el Congreso, sin respetar en nada la necesaria separación de poderes, haber permitido y hasta propiciado el deterioro de la democracia y haber logrado que España pierda peso específico en Europa y en el concierto mundial.
Sus fracasos y carencias no sólo han deteriorado la vida política y reducido la protección de los débiles y la convivencia, sino que también han tenido efectos terribles como el incremento notable del independentismo en Cataluña y el crecimiento de una protesta ciudadana que ha catapultado hasta el poder a partidos nuevos como Podemos y Ciudadanos, con la consiguiente pérdida de millones de votos para el PP, duramente castigado en las elecciones del pasado 20 de diciembre.