El ex presidente del gobierno José María Aznar ha lanzado la promesa más constructiva y esperanzadora de la actual campaña electoral: derogar las leyes aprobadas por la izquierda en los últimos años, aquellas que promueven la división y el odio entre españoles. Si se analizan en profundidad el zapaterismo y el sanchismo, se descubre que la espina dorsal de esos gobiernos han sido el odio y la división. Han desenterrado muertos, han resucitado el franquismo, que estaba olvidado, han arrojado escombros sobre el perdón que los españoles sellamos en la Transición, han predicado y estimulado el odio y la división entre las dos Españas y han enfrentado a pobres contra ricos, mujeres contra hombres, jóvenes contra viejos, hijos contra padres, esposas contra esposos y a unas regiones contra otras. Derogar esa política miserable y reconstruir España estimulando el perdón, la concordia, la unidad y el apoyo mutuo constituye la mejor labor política imaginable para una nación a la que las izquierdas, bajo el liderazgo de Zapatero y Sánchez, ha maltratado, debilitado y precipitado en una peligrosa y deleznable espiral de decadencia. La promesa de derogar "Todas las leyes que dividen y enfrentan a los españoles" fue lanzada por Aznar en Málaga, el sábado 8 de julio, dentro ya de la campaña electoral para las elecciones generales del 23 de julio. Tiene razón Aznar al afirmar que esas leyes socialistas y comunistas que apelan no a la Transición sino a la Guerra Civil y al enfrentamiento "deben ser derogadas y van a ser derogadas". Por fin un aliento de esperanza y frescura en una campaña marcada por el odio y el enfrentamiento, un clima sucio y bastardo creado por la izquierda española y liderado por Pedro Sánchez, que cree que el odio, el rencor, la división y la revancha le aportan votos. Esa política es indecente y aleja a los españoles de la prosperidad y la fuerza como nación, beneficiando sólo a las bestias políticas que viven de la carroña. La bandera del perdón, la reconciliación, la unidad y la concordia debe ser la que gane las elecciones del 23 de Julio. La del odio es un trapo sucio que merece ser arrojado al basurero de la Historia. Francisco Rubiales