Revista Opinión

La propiedad y la sucesión hereditaria, debate sobre sus orígenes

Publicado el 27 febrero 2011 por Romanas
La propiedad y la sucesión hereditaria, debate sobre sus orígenes
Comentando mi post "Gadafi y los otros" del día de ayer "Anónimo dijo...
Sinceramente, me parece un análisis un poco simple de los acontecimientos ocurridos en este último medio siglo en la zona. Cabría esperar un análisis más profundo porque, ni las sociedades árabes son culturalmente atrasadas como usted se cree ni enfoca el problema con la suficiente luz para ver que lo que se esconde detrás de esas luchas no es sino, la lucha de clases. Pero allá usted. Un saludo.26 de febrero de 2011 16:30Anonimo  dijo...
Soy el mismo de antes. Hay un párrafo en el que dice: "Para abolir la propiedad privada y derogar las leyes sucesorias hay que tener el más omnimodo de los poderes porque el instinto posesivo y el de familia, el de la sangre, son los más poderosos porque no son sino emanación del instinto de conservación." Eso que dice es no ver la realidad de las cosas; decir que la propiedad privada y las leyes sucesorias dimanan de la sangre o del instinto de conservación es ser un idealista e ir contra la historia. No ver que la propiedad y las leyes sucesorias provienen de unos determinados sistemas políticos, económicos y sociales; que existe una mutua relación entre ellos y que todos esos aspectos interactúan en una diléctica histórica, que no pertenecen a ningún instinto de conservación ni son naturales. Y usted traslada conceptos de origen social a inserciones de la naturaleza humana, tal cual hacen los capitalistas. Como rezaba la constitución francesa de 1791, en su artículo 17, considera la pripiedad como un derecho inviolable y sagrado, como dimanante de la naturaleza humana. Y esa es la mayor declaración de idealismo que he visto, capaz de convertir la palabra (idea) en carne (materia, historia, realidad). Por eso le dije una vez que usted es un cura y que no ha acabado de comprender el marxismo como guía, la dialéctica como método, y el materialismo histórico como interpretación de la realidad de los hechos que esconden los acontecimientos históricos actuales y pasados. No comprende el marxismo y se ve incapaz de operar alejándose de las instituciones jurídicas a las que todavía les tiene apego y de las que bebió largos años. Esas instituciones y normas que conforman el ordenamiento jurídico con el que usted opera y trasplanta a la realidad no es sino, o, no responde sino a una sociedad organizada de forma clasista bajo el dominio del liberalismo y la forma de producción a la que este sirve ideológicamente de base y justificación. Y así, podría seguir con otros párrafos de su exordio que parece querer decir todo lo contrario de lo que usted dice ser... De verdad, se lo digo desde el mejor de los consejos y sin ninguna animosidad personal hacia usted pero sí hacia lo que escribe, que queda ahí, para confusión de todo el que lo lea. Reformule su escrito desde la óptica del materialismo histórico, si es capaz... Un saludo.26 de febrero de 2011 17:03
Anonimo dijo...
Ah, otra cosa, esas categorías históricas ya fueron desentrañas por Engels en su "Origen de la familia, de la propiedad privada y el estado", pero si le menciono el libro luego no me diga que soy dogmático. Allí podrá leer como en base a los estudios de Morgan se podía ver como la familia y los vínculos de sangre son anteriores a la familia actual y a las leyes sucesorias; por tanto, no me venga diciendo que son inherentes a la naturaleza humana. Son instituciones históricas producto de la lucha de clases. Un saludo.26 de febrero de 2011 17:09".
Mi querido amigo anónimo de las 16' 30:Decía  yo el otro día a propósito de no sé qué: ¿quién, si yo gritara, me escucharía, entre las jerarquías de los ángeles?, caray, y ése “quién” eres precisamente tú, y qué contestación, ni más ni menos que la que me hubieran hecho los dos grandes, Marx y Engels.Y que conste que con esto no estoy quitándote ni un miligramo de contundencia y originalidad a tu alegato.Efectivamente, marxismo puro, o, mejor, el más puro de los marxismos. Pero yo no voy a replicarte, en primer lugar, aquello de qué fue antes el huevo o la gallina, porque sólo sería un subterfugio, lo que sí te digo es que ese jaque mate que tú pretendes dar afirmando que lo que yo digo de que el instinto de propiedad y el sucesorio son dos instintos naturales derivados a su vez del de conservación no lo son así sino tan sólo el consecuente correlato de la lucha de clases.Y yo contesto, con la misma contundencia tuya, rotundamente, no.La gallina fue antes que el huevo, y que conste que las ciencias naturales no son, ni mucho menos, mi fuerte.Creo que en la evolución de las especies, la gallina surgió de la naturaleza como tal animal y que, luego, el huevo, el huevo de la tal gallina,  no fue más que una simple emanación de su modo natural de reproducirse.Si eso es así, y yo creo que lo es, no cabe duda de que antes que ser social el puñetero hombre fue un animal vivo, un ser vivo que tuvo que aprender a vivir, primero, individualmente, y luego como ser eminentemente social, tal como apuntilló Aristóteles.Pero como todo ser vivo se halla sometido al más exigente de los principios naturales, sobrevivir, un instinto tan poderoso, que arrastra y se lleva por delante a toda otra aspiración humana. Tú, amigo anónimo, serás todo lo marxista que quieras, pero si algo o alguien te impide la respiración, cumplirás a rajatabla con el principio “primum vivere, deinde filosofare”, sin lugar a dudas, le darás el más firme de los manotazos a lo que te impide respirar y, luego, te pondrás a pensar qué ha pasado y por qué, o sea que, primero, te comportarás como un animal y, luego, como lo que eres, un magnífico filósofo.Lo primero que hizo el hombre, también sin ninguna duda, fue apropiarse de todo lo que necesitaba de la naturaleza y almacenarlo y delimitarlo, marcando su territorio de alguna manera, como hacen los más primarios animales, y así nos hallamos frente a la propiedad individual, pero también quiso, y luchó por ello, que el fruto de sus esfuerzos y trabajos no se fuera al otro mundo con él, e hizo todo lo posible, con el consentimiento cómplice de sus congéneres, para que lo que había recogido de la madre naturaleza y el huerto primigenio, que había constituido con tanto y tan denodado esfuerzo, fueran patrimonio de su familia, de aquella parte de su familia que le sobrevivía.Así es, anónimo, cómo veo yo la aparición en la historia del ser humano de esas 2 instituciones fundamentales, los derechos de propiedad y de sucesión.Y, ahora, la herejía, me importa un bledo lo que digan al respecto Marx y Engels si alguien no me lo expone, no dogmáticamente, sino por medio de un acto tan reflexivo, por lo menos, como el mío anterior, porque yo no estoy aquí, ni ahora ni nunca, para repetir como un papagayo textos sagrados de los Padres de la Iglesia marxista, sino, en todo caso, para leerlos, intentar comprenderlos y hacerlos míos o rechazarlos, pero, de momento, yo soy sólo yo y mis jodidas circunstancias, o sea todo lo que he podido aprender aplicando mi inteligencia a los problemas que la vida me ha ido presentando y, un día, me hallé con que muchas de las conclusiones a las que yo había llegado razonando estaban ya expuestas, magistralmente, por una serie de personas que habían dado en llamarse marxistas y me dije, coño, pues resulta que yo soy marxista también, y sin saberlo, pero ahora parece que no, que sólo soy pobre párroco que predica a sus aburridos feligreses, pues, muy bien, pero da la casualidad de que ese párroco soy yo y que mi aproximación a la verdad tengo que hacerla, primero, con mis propios medios, porque, si no, no sería más que un papagayo, como decía antes, y después con esa ayuda descomunal, maravillosa, inconmensurable de   los grandes sabios que, antes de mí, se preocuparon de analizar los mismos problemas que yo.Pero lo que no voy a hacer nunca, porque no me lo permite mi propio  razonamiento, mi propio enfrentamiento discursivo con la realidad, eso que los jodidos filósofos han dado en llamar conocer o saber, es asimilar rutinariamente lo que otros me digan, por mucha autoridad intelectual o moral que tengan, porque a mí me han arrojado “in media res” para que asimile la realidad por mi propia cuenta y el marxismo no es más que una parte de esa puñetera realidad.De modo que, para mí, la gallina fue antes que el huevo, porque el huevo sólo pudo formarse dentro de la gallina, o sea que la realidad primigenia, original, fueron las instituciones naturales, porque iban ínsitas en la propia constitución del hombre como animal, de la propiedad y de la herencia y posteriormente, este mismo hombre, tuvo que enfrentarse con la valoración ética y jurídica, social y política  de las mismas, y de ahí surgieron las ideas sociales y políticas, todas las científicas al fin y al cabo, que nos conformaron como ese "zoon politikon" de que nos hablara el maestro de maestros, pero todo esto, evidentemente para mí, es el huevo, una construcción, si no metafísica, sí que filosófica sobre la realidad, una elaboración más o menos científica.O sea, amigo anónimo, que no soy yo, precisamente, el idealista, o sea, el párroco, sino tú, que, partiendo de las ideas paridas por esas mentes geniales de los padres del marxismo, tratas, “a posteriori”, de reordenar la realidad con arreglo a las grandes directrices de los más  grandes de todos los maestros.O sea que el materialismo dialéctico no fue antes que el hombre, creo yo, por definición, y que los conceptos de clase social y lucha de clases tampoco. Yo creo firmemente en dichos conceptos que, a lo peor, no he asimilado muy bien del todo, en tu concepto, pero la ciencia marxista no me ciega hasta tal punto mi intelecto para que yo siga pensando, con tu permiso, desde luego, que el hombre fue mucho antes que todas las ideas, que fueron saliendo poco a poco de su cerebro, conforme él fue enfrentándose con una realidad que le superaba para no dejarse arrollar por ella.Y esto yo no sé si será o no marxista pero es como yo lo veo, con todo el respeto no sólo para Marx y Engels, sino también para ti, desde luego.Un fuerte abrazo, compañero, y perdona a este profundo ignorante del mejor de los marxismos.

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