Desde que comencé a elaborar jabones uno de mis aceites esenciales favoritos es, sin duda, la lavanda; es verdad que si lo hueles tal cual en el frasco es un olor fuerte pues está concentrado; pero en el jabón huele genial, y si te hechas una gotita o dos en la muñeca para calmarte también huele muy bien, y el color de la propia lavanda es que me vuelve local; en fin que no sé vivir sin ella.
Quiero volcar todas esas sensaciones en mi jabon Provenza. Ya es el segundo jabón que hago en el super molde; madre mía lo que pesa cuando lo tengo que mover. Este jabón aún al día siguiente de elaborarlo tiene temperatura, lo elaboré el sábado y hasta el lunes no lo saque del molde. Ahora esperaré hasta uno o dos días para cortarlo en barras y luego en pastillas.
Me gusta volcar unas gotitas de lavanda en la almohada de mi cama y en las sábanas. Cuando te metes en la cama huele genial, no tiene nada que ver su olor concentrado en un frasco; es un olor suave, fresco y muy agradable; cada vez me incomodan mas los aromas artificiales a mi particularmente me pica un poco la garganta cuando hay un aroma artificial; en cambio oler algo natural como los aceites no tiene nada que ver.