Los años 50 tuvieron como objetivo primordial de la actividad publicitaria a los productos. Fue una etapa, en la que los publicitarios teníam fijación en las características de la mercancía, los potenciales beneficios y la satisfacción que este le daría al cliente. Hacia el término de esta época, muchas segundas marcas comenzaron a invadir el mercado produciendo una competencia atroz, a aquellas otras que por mucho tiempo habían sido consideradas líderes indiscutibles. Esta avalancha de competidores daría inicio a la era de la imagen. Aunque también los rotulos, estaban en constante innovación, gracias a los nuevos diseños y tipos de materiales.
En la hemeroteca de www.rotulowcost.es/blog/rotulos-baratos-en-sevilla-malaga-granada, hemos encontrado una curiosidad sobre el comienzo de la publicad entrando en nuestros hogares por medio de la televisión, como si no, por primera vez en la de los estadounidenses.
La propuesta única de ventas
Este método, plasmado por el publicitario Rosser Reeves, presidente del directorio de la agencia estadounidense, Ted Bates & Co., diseñó el 1954 el primer spot televisivo para el analgésico "Anacín". La duración constaba de 60 segundos.
El suponía, que la mente de cada persona estaba comprendida por una serie de receptáculos para las compras, dispuestas según el tipo de productos: "jabón", "medicamentos", "pasta dentífrica", etc. Y sólo existía un hueco posible, para cada uno de estos receptáculos. Por consiguiente, el anunciante tendría que estar seguro, de que sus mensajes de venta se ubicarían en el espacio justo y preciso. Con el fin de asegurar este sistema, Reeves creo una técnica basándola en el concepto de UPS (Unique selling proposition o Propuesta única de ventas).