Revista Diario

La puerta Bledka

Por Yopo
Como Schrödinger hizo con su gato, yo he elegido la famosa puerta Bledka para ilustrar la extraordinaria expectación que supone comprar un mueble que ha de ser armado por nosotros mismos. Al igual que el famoso gato vivo-muerto de Schrödinger, estos muebles de momento no matan a nadie, pero presentan la extraña característica de que puedan ser montados o por el contrario, la fabricación sea tan ruinosa que no haya dios que sea capaz, ¡y nunca sabes lo que te puede tocar hasta que no abres la caja! Antes de seguir, y para entender el porqué del nombre, paso a mostraros el vídeo del anuncio del que ha tomado el apelativo, que siempre me ha hecho mucha gracia, porque retrata la realidad a la perfección.
 
Pues bien, una vez estamos en la situación del spot publicitario, surge la duda: ¿seré capaz de montar el dichoso mueble sin tirarlo a la basura, recurrir a la fuerza, o partirlo en dos de la impotencia? A punto he estado de dar una respuesta negativa a semejante cuestión. Resulta que ayer me compré una silla de estudio que debía ser montada por el usuario, como ya parece habitual, y cuando llegué a casa me puse manos a la obra, pues no parecía tener mucha dificultad. Obviamente, estaba equivocado.
Los tornillos ya empezaron a encajar mal desde el principio, los agujeros estaban a varios milímetros de su lugar, por lo que el ensamblaje de las distintas partes se hacía imposible. Tuve que realizar agujeros nuevos, cosa de la que no te avisan en ningún lado, pero con ello solucioné ese tema. Eso no es todo, había algo peor, ¡las instrucciones eran erróneas! Seguí al dedillo las mismas, incluso cuando me parecían ilógicas, ya que la caída de la silla era antinatural. No obstante, lo hice como en el dibujo, y al final, una vez acabada, te sentabas y la silla te escupía, te resbalabas, era imposible permanecer sentado, un show... Finalmente comprobé que era como me dictaba la razón, y ensamblando el asiento al contrario de como decían las intrucciones, se convirtió en algo más o menos cómodo.
En fin, cada vez que compro alguno de estos muebles, miedo me da encontrarme con este paradigma de la puerta Bledka, sin solución, ni nada que se le parezca. De modo que tan sólo queda aventurarse a comprar con el factor Bledka incluido en el precio, porque al menos son muebles baratos, eso sí.
Schrödinger al abrir la caja se podía encontrar un gato vivo o muerto, pero con los muebles de autoensamblaje podemos hallar un verdadero chollo fácil de montar, o desesperación y quebraderos de cabeza porque no encajan las piezas! Todo será cuestión de seguir intentándolo... xD

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