Revista Espiritualidad

La Queja… Desmerecimiento O Excusa.

Por Ritacoach @ritatonecoach

La quejaSi sos un quejoso, luego de este post, tendrás dos posibilidades: sentirte mal y seguir

quejándote o hacerte responsable de tu vida, y cambiar. Esto dependerá de cuáles

sean tus objetivos como Ser Humano.

La queja es una expresión de disgusto. Hasta ahí, nada que temer. ¿Por qué no

habríamos de decir lo que no nos gusta, verdad? Ahora bien, te pregunto: ¿Para qué

te sirve? Y entonces, ante esta cuestión, te encontrás con que como no te sirve para

nada, tenés un conflicto dentro de lo que no lo parece.

Dijo Jane Austen: “Nadie se queja de tener lo que no se merece.” Y aunque ante esta

frase podríamos interpretar que se está refiriendo a que no nos quejamos de tener

demás aunque no corresponda a lo que hemos trabajado para tenerlo, quiero mostrarte

otra interpretación que no se queda simplemente, en la ironía de la otra.

Quejarnos puede estar significando una conducta recurrente que se adopta para no disfrutar

porque consideramos que no nos lo merecemos. No nos merecemos disfrutar, dicho de otro modo.

No sé si estás viendo algo bueno en esto pero a mí, me despierta más preguntas…

¿Cómo está tu autoestima  que tu Ser cree que no te merecés disfrutar?

¿Qué sentimiento de culpa te está ordenando sufrir?

¿Sabías que Sufrimiento es una de las palabras más usadas entre los hablantes hispanos?

Te recuerdo que el sufrimiento es un estado de ánimo, posterior al dolor que vos elegís, transitar y cuánto te quedarás en él.

El dolor es inevitable, el sufrimiento es opcional.

La queja es tan inútil como la culpa , así que me permito volver a preguntar: ¿Para qué te sirve?

¿Qué se resuelve con tu queja?

Si no te encontrás en el texto anterior…

¿Hacés algo más que quejarte? ¿Quejarte es tu única actividad?

Si te pasás el tiempo quejándote, no te quedará resto para hacer. Pero… a lo mejor, estás eligiendo esto que es mucho más cómodo que hacer, es la excusa poderosa para no hacerte cargo y por ende, no hacer nada.

¿Prestaste atención a la cantidad de palabras que usan los quejosos? ¿A la longitud de sus explicaciones para no hacer lo que tienen que hacer?

Vos podés tener explicaciones o tener resultados. Lo que no podés es tener las dos cosas a la vez.

 

Los que se quejan de la forma en cómo rebota la pelota, son aquellos que no la saben (quieren) golpear. José Ingenieros

 

Un aparte especial para lo que generás con tus quejas en tu entorno… ¿Vos, cómo te sentís al lado de alguien que se queja en forma permanente? ¿Te das cuenta de lo que vos también generás a tu alrededor?

Pero entonces… ¿No me puedo quejar?

¡Claro que sí!

Lo que no podés –primero que nada por vos mismo y tu efectividad personal- es transformar tu discurso en una cadena hecha de eslabones de quejas, dale que dale…

¿Por qué?

Porque no te sirve para nada, porque en poco tiempo, sentirás que nadie te necesita a su alrededor y porque tenés la posibilidad –si querés lograr algo- transformar tu queja en un acto positivo. ¡Hacé un pedido!

Mirá la diferencia:

“Estoy harto de esta forma de vida ¿Hasta cuándo lo voy a aguantar? ¿Todos los días un desastre nuevo? Me están tomando el pelo.”

 o

“¿Qué puedo hacer para mejorar mi situación? ¡Tiene que haber algo que yo pueda hacer! ¿Qué necesito para salir de esto? ¿Qué puedo pedir para que concedido, este asunto se termine? ¿Con qué herramientas cuento para accionar?”

No te quejes de la nieve en el tejado de tu vecino cuando también cubre el umbral de tu casa. Confucio

 

Compartir tu queja, abrumar a los demás enojándote y maldiciendo y cuando tenés la oportunidad en tu mano de pedir, de accionar, no hacer nada, no es el camino, amigo. Éste se hace denso, pesado y carente de energía… y lo que nadie se merece… se la estás drenando a los demás. ¿Sabías algo? ¡No tenés derecho! ¡Estás invadiendo!

Vos podés elegir este camino de inefectividad, sos dueño de tu vida. Lo que no podés hacer, es molestar a los demás. ¿Te gustaría que te lo hicieran a vos?

¿Te sentís un poderoso quejándote? ¿Qué clase de vacío llena ese poder? ¿Poder qué?

Si algo no te gusta… ¡Hacé algo para cambiarlo!

Si algo no te gusta, cámbialo. Si no puedes hacerlo, cambia tu actitud. No te quejes.

Cambia la forma de ver las cosas, y las cosas cambiarán de forma.

Es fácil comprender que un niño tema a la oscuridad, pero la gran tragedia de la vida, es cuando los adultos tienen miedo de la luz.

Platón

 

¡Te planteo un desafío! ¿Te animás?

En Julio del 2006, Will Bowen (terapeuta psicofísico)  propuso a su comunidad “El reto de los 21 días” con el propósito de ayudar a eliminar cualquier rastro de queja o lamento y sus nocivas consecuencias para el individuo.

Su propuesta fue muy simple: “Te colocas una pulsera morada con la leyenda “Un mundo sin quejas” y la mantienes durante 21 días sin emitir ningún tipo de queja,  así sea “me duele la cabeza” o “nada me está saliendo bien”.

Si durante este periodo emites algún lamento, debes cambiar la pulsera de muñeca y volver a empezar. La mayoría de los participantes logró superar este reto, pero les tomó un mínimo de 5 meses, un tiempo que evidencia la presencia de la cultura de la queja en nuestras vidas.

 

Repito: ¿¿¿Te animás???

 

Te dejo una historia para recordar cuando sientas ganas de quejarte…

Un anciano contó que solo una vez en la vida se había quejado, cuando por su pobreza, tuvo que andar descalzo por no poder comprarse zapatos.

En esa oportunidad, levantó la vista y lo sorprendió ver un hombre sumamente feliz, que no tenía pies.   Anthony de Mello

 

Por el placer de compartir.

 


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