Ayer se celebró el “Día Europeo sin Coche” también en Sevilla y prácticamente ni se notó. Es probable que incluso el agobio del tráfico rodado fuese superior al de otro día cualquiera a causa de las alertas por amenazas de lluvia. Cruda contradicción en una ciudad con una pretendida apuesta clara por el uso del transporte urbano colectivo, una red de carriles bici de 120 kilómetros y el Sevici entre sus medidas de sostenibilidad.
Es lo que suele pasar cuando las apuestas se hacen más de cara a la galería que otra cosa. Algunos lo achacan a la falta de información, entre otras cosas. Sin embargo, el día sin coche es como uno de esos días que tan experto es en sacarse de la manga El Corte Inglés. Su finalidad es puramente publicitaria y apenas tiene repercusión alguna, por lo que lo mejor es olvidarlo cuanto antes y que pase lo más desapercibido posible, no vaya a ser que se nos cabree la peña.
El Ayuntamiento ya efectuó toda una declaración previa de intenciones suspendiendo a última hora el cierre al tráfico de la Ronda Histórica para promover el uso de los transportes sostenibles sin motivo aparente. En Tussam tampoco se ha notado ese supuesto impulso al transporte sostenible, mucho menos en tiempos en los que se están recortando drásticamente los servicios para atender a los ciudadanos en aras de una supuesta efectividad que nadie se preocupa de demostrar. Es una pena ver el patio de la sede de la empresa de transportes urbanos una mañana cualquiera a rebosar de autobuses estacionados y sin productividad alguna.
Lo de Tussam es de Premio Nobel de economía; los autobuses inactivos, la sangría que no cesa de viajeros, con la consecuente disminución de ingresos directos, y la dirección defendiendo a capa y espada que ésa es la forma más eficaz de gestionar la compañía. De locos.
Todo ello no ha sido óbice para que la Semana Europea de la Movilidad, que presentaron los delegados de Movilidad, Francisco Fernández, y el de Infraestructuras para la Sostenibilidad, Antonio Rodrigo Torrijos, haya seguido su curso como si tal cosa.
En ese marco incomparable se celebró el martes en las instalaciones de Tussam la III Jornada sobre Movilidad Sostenible de Sevilla, con la asistencia del ínclito delegado de Movilidad –en coche oficial, por supuesto–, acompañado por su incondicional cohorte y con el consiguiente ágape posterior en la cafetería de la empresa. Para eso si hay dinero, a espuertas. Tanto es así que se compraron unas pastas de acompañamiento al café para abastecer a unas ochenta personas cuando en realidad no asistieron más de cincuenta. Una muestra palpable del éxito y la difusión de este tipo de iniciativas del Ayuntamiento. Al día siguiente, en la cafetería regalaban pastas gratis a todo el que entraba a desayunar. De película, vamos.
Eso sí, el Ayuntamiento ha recibido de la Consejería de Medio Ambiente hace escasos días el premio “Ciudad y Medio Ambiente” por las políticas de movilidad y sostenibilidad que lleva más de una década poniendo en marcha. Seguramente como consecuencia de eventos con tanto éxito como estos.
Como Juan Palomo, yo me lo guiso y yo me lo como.