Revista Cine
Hace algunos días leí en el blog Transformer de Quo un artículo de Darío Pescador que me pareció muy interesante. En él se hace referencia a la desinformación y aversión generalizada hacia los componentes químicos presentes en la comida, entendiéndose de manera errónea por "componente químico" a lo contrario de natural: una sustancia procesada artificialmente y potencialmente perjudicial para la salud si se encuentra en alimentos, productos de uso tópico o tejidos.
Sin embargo, esta definición está sesgada, ya que hasta el perrito más precioso y adorable está hasta las cejas de química para poder vivir. Se me ocurre comparar la etiqueta de una Coca-Cola, refresco azucarado cafeinado y carbonatado artificial (y opaco, añado) por excelencia, con la de una manzana corriente y moliente.
¡Horror! La manzana contiene también aditivos "E", y hasta más que la Coca-Cola... ¿Cómo se puede explicar esto? En algún momento, llegué a escuchar que los aditivos E-2XX y E-3XX eran cancerígenos, y que si los veía en cualquier etiqueta de un alimento, directamente no lo tomara. Si hubiera hecho caso a las habladurías, no habría tomado, por ejemplo, ni vitamina C, ni ácido láctico, ni vitaminas del grupo E, y habría tenido una hipovitaminosis del tipo escorbuto.
Los aditivos con sistema de numeración E-XXX, independientemente de su origen (animal, vegetal o sintético), son a priori inocuos para los seres humanos, exceptuando casos de alergias, y para ser aprobados, han tenido que pasar por controles para permitir su uso en alimentación en la Unión Europea. Casos especiales y controvertidos son el uso de antibióticos, nitratos o nitritos en carnes, o el infame potenciador del sabor glutamato monosódico o MSG.
La nomenclatura de los compuestos alimentarios aprobados se unificó bajo este sistema para facilitar su reconocimiento en toda la UE, encuadrándose bajo esta los colorantes (E-100), conservantes (E-200), antioxidantes (E-300), gelificantes, espesantes y estabilizantes (E-400), potenciadores del sabor (E-600) y edulcorantes, recubrimientos y gases, entre otros (E-900).
De esta forma, por ejemplo el E-160 es el caroteno, colorante presente de forma natural en zanahorias o boniatos, el E-101, la vitamina B2 o riboflavina, el E-100 o curcumina (colorante amarillo presente en el curry), E-300 es la vitamina C o ácido ascórbico (antioxidante), el E-163 corresponde a las antocianinas (pigmentos flavonoides que se usan como colorantes, y con probable relación en la disminución de enfermedades coronarias, la diabetes o el cáncer), o el E-160d que corresponde al licopeno, sustancia también presente en el tomate con demostrado efecto protector contra la radiación ultravioleta del sol.
Para consultar un listado completo de los aditivos alimentarios tipo E, pinche aquí.
Fuentes:Scientia (JMLN): ¿Quimiofobia?…¡y un huevo!Naukas (JMLN): Sin conservantes ni colorantes… ¿por qué no?Quo Transformer (Darío Pescador): Aditivos E que son buenos para tiMi dieta cojea (Aitor Sánchez García): Lo “natural” de la Stevia (Quimifobia del E-960)