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La "Quinta de los Ferraris"

Publicado el 12 enero 2014 por Squadraeterna @squadraeterna
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Y es que el comienzo de la temporada 96/97 nos regaló muchas novedades, como no, la liga española aprovechó la sentencia en firme de la Ley Bosman, que aquel curso entraba totalmente en vigor, e hizo posible los fichajes de cuantos jugadores comunitarios se quisiera, si a ellos sumamos el nuevo concurso de las televisiones privadas, se obtenía tras una cuenta sencilla el siguiente resultado, un incremento notable en el gasto de jugadores. Nacía la famosa Liga de las Estrellas.

En España aterrizaban jugadores de la talla de Ronaldo, Rivaldo, Seedorf, Roberto Carlos, "Piojo" Lopez, Blanc, Finidi o Lizarazu entre otros. Y, por primera vez en la historia del club merengue, todos los fichajes fueron extranjeros, incluido el del entrador, Fabio Capello, contratado como remedio a la peor temporada en la historia madridista, campaña en la que los de Chamartín ni siquiera lograron la clasificación para su participación en Europa.

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Con la intención de reivindicar de nuevo su puesto en lo alto del fútbol patrio, Lorenzo Sanz firmó a los balcánicos Mijatovic y Suker, procedentes de Valencia y Sevilla respectivamente, a dos jóvenes llegados desde Italia con un gran futuro, Seedorf y Roberto Carlos, al sobrio Illgner para cubrir la portería y al prometedor lateral portugués del Porto, Secretario. Más tarde se sumarían Panucci y Ze Roberto, que juntos con los veteranos Fernando Hierro, Sanchis o Redondo, más Raúl, Víctor o Guti, lograrían el título liguero ante aquel Barça liderado por Ronaldo.

Algo estaba cambiando, y no, no hablamos de los resultados deportivos. Estos acompañaban, si, pero pese a la buena actuación liguera, no todas las noticias que llegaban hablaban del balón. La mezcla de tantos nuevos jugadores, en su mayoría jóvenes y millonarios, explosiva mezcla, hizo que el club merengue se hiciera muy popular, también, en la noche madrileña.

Rumores en el torno de Raúl, la relación de Suker con la actriz Ana Obregón, esos Ferraris del aparcamiento, los que comentábamos al inicio de estas líneas, más un buen número de revistas con más salsa rosa de color blanco que nunca, convirtieron al Real Madrid en una fuente de ingresos importante para la prensa del corazón, alejada por aquel entonces de los campos del fútbol. En esto también hemos cambiado.

Tras la marcha de Capello y con el equipo ya entrenado por Jupp Heynckes, las actuaciones de la plantilla blanca fuera del Santiago Bernabéu seguían siendo la comidilla, además, un mal comienzo en el campeonato doméstico acabó con el vestuario roto, convertido en todo un polvorín que incluso pudó con la paciencia del técnico alemán, que se sentía, reconocido por el propio míster, totalmente superado e incapaz de controlar a sus chicos desde la caseta.

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Tan 'sólo' la buena campaña en la Champions hizo cambiar de opinión sobre la plantilla a todos los madridistas, la consecución de la Séptima Copa de Europa en Amsterdam les convirtió en héroes, dejando en el olvido la leyenda negra sobre la noche y la "Quinta de los Ferraris", de la que muchos dicen, pudo acabar con la carrera de Raúl, pero que subió de nuevo al Real Madrid al trono europeo.


Una etapa corta pese a los títulos (Liga, Champions e Intercontinetal en tres años) pues apenas dos temporadas después, de esos fichajes que elevaron de nuevo a los cielos al club, tan sólo Roberto Carlos e Illgner se mantenían en el equipo, aunque el germano ya como suplente de un jovencísimo Iker Casillas.

Y si, etapa corta y quizás largas noches, un tiempo en el que guste o no, se cambió la manera de ver a los futbolistas, la forma de entender una profesión que genera por doquier. Pero también cambió, todo hay que decirlo, la historia del club blanco.


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