El año pasado leí El Cuarto Mono, un thriller con el que el autor nos invitaba a descifrar la mente de un asesino en una auténtica carrera contrarreloj. Una novela que disfruté y leí con muchísimas ganas así que en cuanto supe que la segunda entrega de la trilogía ya estaba disponible no me lo pensé ni un momento y me puse con ella. Hoy os hablo de La quinta víctima.
Mi opinión
Meses después de lo acontecido en El Cuarto Mono, el detective Porter y su equipo han sido apartados del caso, del que ahora se encarga el FBI, pero eso no significa que el detective se haya olvidado y desentendido del siniestro Anson Bishop que puso en jaque a la policía de Chicago, más bien todo lo contrario, continua irremediablemente obsesionado con él. El hallazgo en un lago helado del cadáver de una joven desaparecida semanas atrás y ciertos descubrimientos en torno a él encienden todas las alarmas ¿ha vuelto El Cuarto Mono?J. D. Barker vuelve a echar mano en La quinta víctima de todo aquello que, no por típico y tópico en el género, deja de funcionar: capítulos que terminan en el punto más álgido de la narración; sacrificio de la lógica de algunos hechos en favor de llevar la narración por donde al autor le interesa fomentando así, con mayor o menor acierto, las dudas y el interés del lector; y cambios continuos entre los distintos puntos de vista de los personajes, porque en esta ocasión el autor da mayor protagonismo a algunos integrantes del equipo de detectives adquiriendo de esto modo la novela un tono más coral.
No se le puede negar a la novela la capacidad para enganchar al lector desde la primera página y para, a pesar de ciertas repeticiones, llevarlo en volandas, casi sin tiempo ni de respirar, hasta un desenlace que nos deja con más preguntas que cuando acabamos su predecesora y comenzamos esta. Y es que el final de La quinta víctima es tan precipitado como abierto por lo que no cabe duda de que esta es una de esas series que, imprescindiblemente, han de leerse en orden y completas si queremos llegar a alguna conclusión definitiva. No os preocupéis si no recordáis con detalle lo acontecido en la primera novela ya que el autor nos da, a lo largo de la lectura, las pinceladas justas para refrescarnos la memoria, un motivo más para no embarcarse en La quinta víctima sin haber leído previamente El Cuarto Mono, ya que el spoiler está asegurado.
Si obviamos ese final tan abierto, la lectura de La quinta víctima ha sido un auténtico torbellino de pasar páginas sin poder parar de leer una trama tan retorcida como oscura en la que nos espera más de un giro que no por predecible deja de sorprender al lector. El estilo directo, la prosa funcional, el perfecto equilibrio entre diálogos y narración, y los capítulos de corta extensión hacen que el ritmo llegue a alcanzar lo trepidante invitándonos continuamente a caer en la trampa mortal de un capítulo más y lo dejo.
En definitiva, La quinta víctima no es solo una digna sucesora de la anterior entrega, sino que en mi opinión gana en agilidad y adicción a la lectura dando como resultado un thriller trepidante con el que el tiempo pasa volando. Deseando estoy de saber qué nos depara la tercera y última novela en la que espero que todo quede bien cerrado y atado, contestando a todas las preguntas y dudas que nos han quedado tras las dos primeras.