Entre los animales se han observado varias estrategias reproductivas: o bien el apareamiento se produce en una época concreta, o bien puede producirse en periodos extensos de tiempo. En el primer caso, la receptividad de las hembras y la mayor abundancia de machos lleva a la competición entre estos. En algunas especies, los machos no emparejados pueden intentar desplazar a los emparejados, aplastando y matando a las hembras con su peso. Aunque esto significaría que ninguno podrá transmitir sus genes, una rana es la excepción.
La Rhinella proboscidea es la única especie animal conocida actualmente con una necrofilia funcional. En la naturaleza se han observado comportamientos necrofílicos en aves, mamíferos, anfibios y reptiles producidos por inexperiencia, la muerte de un miembro durante el apareamiento, las feromonas o la ausencia de refuerzos negativos. Incluso se ha observado el canibalismo sexual antes, durante o tras la cópula. Sin embargo, lo visto con este anuro amazónico es único.
Para el apareamiento, estas ranas se reúnen en charcas durante dos o tres días entre marzo y mayo, dependiendo de la temporada de lluvias. Por cada hembra suele haber diez machos. Dada esta proporción, los machos tienen la presión para aparearse con cualquier hembra que encuentren. Incluso pueden intentar separar a una pareja en amplexo, aplastándola cuando varios machos se sitúan sobre ella. En ese caso, el macho puede continuar extrayendo los ovocitos y fertilizándolos externamente. Algunas hembras sobreviven, pero se desconoce si pueden sobrevivir y reproducirse en la siguiente temporada de apareamiento.
Fuente:
- Izzo, T. J., Rodrigues, D. J., Menin, M., Lima, A. P., & Magnusson, W. E. (2012). Functional necrophilia: a profitable anuran reproductive strategy?. Journal of Natural History, 46(47-48), 2961-2967
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