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La revolución tecnológica de los últimos 30 años ha sido tan veloz que ha superado la capacidad social del individuo: las computadoras, teléfonos celulares, vehículos y, cuanto artefacto de última generación se nos ocurra mencionar han revolucionado hasta asociarse inteligentemente entre sí.
Las económicas y sencillas de usar, memorias flash o USB son como adminículos de uso oficial en nuestro trabajo o casa, al grado que la falta de ello, nos ocasionaría graves trastornos; podemos decir que un USB, hubiera sido técnicamente impensable hace 20 años y, de caer uno de estos minúsculos aparatitos en manos de técnicos de aquella época, sin dudarlo hubiera deducido que se trataba de tecnología extraterrestre sumamente avanzada.¿Que pasará? cuando este superlativo avance se traslade a nuestro organismo, ¿cuando empecemos a interactuar biológicamente con esta tecnología, que como usuario, no tenemos idea del avance científico que significa? De seguir el ritmo del crecimiento tecnológico, este terminará por dejar muy atrás la inteligencia social de la gran mayoría de los individuos; la tecnología, tal como se percibe, está muy por encima de la moral, las leyes y las reglas de la sociedad; significa que los avances son consecuencias de genialidades que están muy por encima de la inmensa mayoría de sus coterráneos, permitiendo el disfrute, a veces irresponsable de herramientas tecnológicas que rebasan, por mucho, el medio social en que se utilizan.