Edición: 1ª ed.
Publicación: autopublicado, 2012
Descripción física: 264 p.
CDU: 821.134.2-31"20"
Signatura: N LAG ras
Precio: 1 euro en Amazon.
MENTES EN PIE DE GUERRA
Hace algunos meses recibí en Facebook un mensaje de Antonio Lagares, que me ofrecía un cheque regalo de Amazon para poder hacerme con su última novela, si es que estaba interesada en leerla. Hasta entonces no había oído hablar de este autor ni, lógicamente, había leído nada suyo, así que como me tentaba saber qué tal escribía y además no suelo negarme a la oportunidad de leer lo que sea, por supuesto le dije que sí.
Como no tenía electrolibro (palabra que por cierto me encanta, más que e-book, kindle o cualquiera de las demás variantes), tuve que bajarme un programa gratuito e instalarlo en mi ordenador, para poder guardar el libro y leerlo allí; la verdad es que esto lo hago poquísimas veces porque me resulta muy incómodo leer directamente en pantalla. Y de hecho, con la cantidad de lecturas que suelo tener siempre pendientes, me dio tanta pereza que lo fui dejando... Aunque los Reyes Magos, tan atentos ellos, este año me trajeron un electrolibro así que finalmente pude aprovechar y leer La rastreadora en formato electrónico.
Argumento y personajes
La verdad es que esta novela me resulta un poco complicada de resumir, así que tiraré un poco de lo que sobre ella nos cuenta el propio autor, aunque no citaré textualmente sus propias palabras sino que lo resumiré un poco a mi aire.
La historia comienza cuando, de forma accidental, siendo tan solo un niño, Miguel participa en la muerte de su hermano David. Lógicamente, esta experiencia dejará a Miguel marcado para siempre; tanto es así que, aunque trata de olvidar esos momentos vividos, precisamente por causa de esta experiencia tan traumática es por lo que ha llegado a su situación actual, que dista mucho de ser buena. A lo largo de la historia iremos conociendo más detalles sobre la muerte del hermano de Miguel, así como de lo que supuso para toda la familia, que ya nunca volvió a ser la misma. Y también descubriremos (esto al principio desconcierta bastante) a una tal Élyran, un nombre que perfectamente podría pasar por élfico pero que en realidad es el de una rastreadora de mentes que jugará un papel muy importante en el desarrollo de la novela. Alrededor de este personaje habrá algunos que también se encargan de descubrir y analizar mentes, como los ajustadores y otros más; conoceremos a algunos de ellos, aunque quizá sólo uno tenga un papel algo más importante que los demás, y es al que conoceremos un poco mejor.
Mis impresiones
La primera palabra que se me ocurre para calificar La rastreadora es, ni más ni menos, que se trata de una novela un tanto rara, ya sólo por la chica que aparece en su portada, que incluso da un poquito de repelús. El argumento es muy original, comenzando por un hecho traumático que nos deja bastante ojipláticos, para pasar a una historia de lo más extraña, y que en un principio parece que no tiene nada que ver; cuando el autor se pone a hablar de diferentes dispositivos y de rastrear mentes, me acordé por un momento de Quizá nos lleve el viento al infinito, una novela de Gonzalo Torrente Ballester que leí hace siglos y que me pareció de lo más diferente. Aunque después veremos que La rastreadora va por otros derroteros, pero eso sí, nos dejará un poco desconcertados hasta que nos metamos del todo en la historia. Al menos a mí me ocurrió eso, que estuve un buen rato muy despistada.
El pasar de un primer capítulo más o menos normal, en el que se nos detalla cómo sucedió la muerte de David y cómo Miguel permaneció impasible ante ella (después sabremos los motivos), y de repente empezar a leer cosas sobre una rastreadora de mentes bastante buena, y que aun así se encuentra un poco sobrepasada por una mente tan poderosa como nunca había visto, la de un mendigo que está en la puerta de una iglesia y que se trata precisamente de Miguel treinta años después del suceso, la verdad es que desconcierta un poco. El objetivo de esta misteriosa rastreadora es ni más ni menos que el de hacerse con la mente de Miguel, en la que posiblemente sea su última misión como rastreadora, ya que si tiene éxito podrá ascender profesionalmente.
Con este panorama, yo no tenía ni idea de si estaba leyendo una historia sobre robots medio humanos (como en el caso de la novela de Torrente Ballester, que citaba antes, o incluso de Lágrimas en la lluvia, de Rosa Montero, que leí hace no mucho y que también trata este tema), sobre mentes perturbadas o incluso sobre extraterrestres. Hasta que claro, seguí leyendo y poco a poco fue encajando todo perfectamente, porque era del todo lógico que las cosas fueran de esa manera y no de otra.
Lo que sí se nota en la novela, y me llamó bastante la atención, es el hecho de que Antonio Lagares haya estudiado psicología; la mente, los pensamientos y las motivaciones de los personajes están perfectamente definidas, y de hecho hay en la novela muchos momentos en los que las descripciones de estos pensamientos son tan buenas que esto, unido a que la mayor parte de la historia (excepto los pasajes que hablan de la muerte de David y sus consecuencias, y algún otro hecho muy concreto que también sucede en el exterior) ocurre en un espacio cerrado, nos hará sentir incluso bastante agobiados en varias ocasiones. Siempre digo que precisamente una de las cosas que más me suele gustar en las novelas es que los personajes estén bien trazados; no me llama nada eso de no llegar a conocerlos siquiera un poco, o que no sepamos muy bien cómo son... En este caso es todo lo contrario, el autor los describe tan a la perfección que incluso en algún que otro momento seremos capaces casi de prever lo que van a hacer o decir. Sin embargo, esto no hará que la lectura se nos haga pesada sino todo lo contrario, ya que al principio (insisto en que fue mi caso, a lo mejor a otra persona no le pasa) estaremos un poco despistados preguntándonos de qué irá todo esto, y cuando vayamos avanzando en la historia el autor nos irá dando pequeñas dosis de información que nos ayudarán a ir comprendiendo cómo va encajando todo. Concretamente los pasajes relativos a la lucha entre las dos mentes son casi dignos de aquellos diálogos que mantenían el padre Karras y Regan en El exorcista. ¿Conseguirá Élyran hacerse con la mente de Miguel? ¿O, por el contrario, será él quien acabe venciendo a su rastreadora? Habrá muchos momentos de incertidumbre en los que no sabremos qué será lo que acabará pasando; pero claro, para eso tendremos que leer la novela.
Conclusión
Además de quedarme claro que esta novela es un poco rara, también es cierto que como comentaba antes es también bastante original. Eso sí, es un poco complicada de catalogar porque no es una novela puramente de psicología, aunque tiene muchas trazas; tampoco es de misterio aunque haya pasajes de ese estilo; está claro que no es de acción propiamente dicha aunque en algunos momentos la historia sea algo más "movida"; tampoco estamos ante una novela negra, ni de suspense, ni mucho menos de terror o de ciencia ficción. La verdad es que no tengo demasiado claro en cuál de estas categorías podría encajar mejor, aunque está claro que tiene unos pocos ingredientes de muchos géneros. De cualquier manera, si os apetece leer algo diferente creo que es muy buena opción. Además la novela es bastante rápida de leer, con lo cual si al final resulta que no te gusta, tampoco le habrás dedicado demasiado tiempo.
En cuanto a la lectura, únicamente añadiría que en algunos momentos me parecía que los tiempos verbales no se usaban del todo correctamente, aunque como yo soy bastante maniática para estas cosas, quizá sólo se trate de una percepción mía. También me he encontrado alguna cosilla "menor" como demasiadas comas en algunos fragmentos (es que soy fan del punto y coma al que poca gente hace caso, qué le vamos a hacer), e incluso algún que otro signo de puntuación que se ha colado por algún sitio donde no le correspondía. Pero como digo, salvo que seáis excesivamente puntillosos, no será como para que se ralentice la lectura ni que desde luego se haga insoportable como ocurre algunas veces cuando hay tantas erratas que casi les prestas más atención a ellas que a lo que estás leyendo.
El caso es que no lo suelo hacer salvo raras excepciones, porque con todo lo que tengo siempre pendiente para leer no doy a basto, pero estoy casi segura de que esta novela será de las que posiblemente relea algún día, cuando haya pasado algo más de tiempo.