( IV.15). SIMBOLOGÍA ZOOMÓRFICA.
Eternos polizones de nuestras historias vitales, se cuelan por las grietas de nuestro terreno físico y psíquico.
Personifican el desasosiego laberíntico bajo la superficie del alma. Vilipendiadas como alimañas y portadoras de enfermedades y muerte, simbolizan lo marginal, pero su prodigioso poder roedor y sumamente prolífico, sugiere la labor pequeña, invisible y compleja del subsconciente para superar obstáculos, por lo que pueden ser relacionadas con las fuerzas ocultas, subversivas y la afluencia absorbente.
Bíblicamente es animal impuro ( Levítico, 11,29) y oráculo de muerte, condena de rito pagano que se celebraba en los jardines. " Los que se consagran y purifican para entrar en los jardines sagrados... que comen carne de cerdo, de animales inmundos y de rata, todos a una perecerán" ( Isaías, 66, 17).
Esta concepción marcó su escasa y puntual representación en el arte sacro quien lo relegó a espacios folclóricos y de cultura popular en capiteles consagrados a meros exponentes de leyendas.
Despreciadas como voraces saqueadores de lo ajeno, algunos autores quieren verlas representadas en la metopa del templo románico de San Miguel de Sotosalbos bajo la figura de un encapuchado, dando pábulo a la artificiosa teoría de su asociación al Avaro, como queriendo justificar la acepción popular y actual, aunque de origen medieval, con la que solemos referirnos a las personas tacañas, roñosas, "agarradas" o de la cofradía del puño cuando decimos de ellas que es "un rata".
La peste bubónica causada por la bacteria yersinia pestis que se contagia por las pulgas con la ayuda de la rata negra ( de ahí, peste negra) causó devastación en el medievo europeo, pero también la rata en aquella época de gran crisis se convirtió en generatriz de milagros manifiestos pues, sin ir más lejos, fue en el año 1278, durante la epidemia de peste en Córdoba, cuando el fraile mercedario Simón de Sousa afirmó a su obispo que se le había aparecido el arcángel San Rafael en el convento Casa Grande de la Merced y le había curado tras pedirle que si quería que la peste acabase debían colocar una estatua del arcángel en la Mezquita-Catedral, derivó en que hoy día siga siendo no el patrón como erróneamente se asume, sino el Custodio de Córdoba con su estatua junto al monumento califal.
Sección para "Curiosón" del grupo "Salud y Románico".