Revista En Masculino

La re-llegada

Por Mis2monstruitos @mis2monstruitos
Recopilando temas propuestos con anterioridad, hoy me he decidido a escribir sobre la llegada de Eric, el mini-monstruito. Empiezo con una reflexión resumen y luego la desarrollo. Nos envalentonamos y luego nos cagamosY hasta aquí el post de hoy. Noooooooooooooooooooo, que hay más.Como dijo Jack el Destripador (y Estopa), vamos por partes.

Primer paso - PlanteamientoTeníamos muy claro que queríamos tener dos hijos. Yo soy hijo único y quería que el monstruito grande tuviera un hermano. Mi pareja son 3 hermanas (uffffff, no digo más) y también quería más de un descendiente.

Un hermano es un amigo, un confidente, un compañero de juegos, un apoyo, un todo. A veces un intento de saco de boxeo también, no voy a engañar a nadie. Y no a mala idea, sino que al jugar a Pressing Catch en casa, se ve al pequeño como a un rival fácil. O como un arma arrojadiza.
Segundo paso - TictacÉste fue el más complicado. 2 años de diferencia? 5? 24? Bueno, esta última opción quizás no, pero ya me entiendes. Aquí era yo quien lo tuvo más claro, ella se podría decir que fue la convencida. Para nosotros y nuestras circunstancias los 2 años y medio que más o menos se llevan, era adecuado tanto por logística, relaciones actuales y futuras entre los 4 miembros de la familia y aspectos económicos.

Tercer paso - Al temaOtra vez a la primera. Mecachís...

Y sí, mecachís, porque luego llega el cuarto paso.

Cuarto paso - Proceso de maduración internaComo ya os avanzó mi señora esposa el Día de la Madre, el embarazo fue un kill-paff para las cucarachas. Jejejeje, verdad? Pues yo no soy una cucaracha, así que deja de reír...

Desde la apatía hacia todo, pasando por el despiste, la indiferencia y también por una larga etapa de terror.
Sí, va, y aquí me pongo algo más serio. Ejem. Alrededor de la semana 12 estábamos comprando y tuvimos que dejar la compra en el sitio. Con el primer embarazo tuvo unas pérdidas y estuvo una semana de reposo absoluto. Teníamos un viaje programado a Menorca y perdimos el viaje y el dinero, pero no queríamos perder lo más importante. La dichosa semana 12 en el segundo caso fue peor. Como he dicho, estábamos en el súper y ella notó algo. Nuestro estado de nerviosismo, y sobre todo el mío chillando a quien no tenía la culpa (no a ella) nos llenó de sudores para ser un sábado de febrero. Allí, el diagnóstico fue la rotura de una de las bolsas - no quise ni quiero saber qué significa eso de una de las bolsas - y el reposo absoluto, que fue un imperativo durante las siguientes seis semanas. Y a todo esto con un niño de 2 años y medio. Porque claro, si no hay nadie más pues "da igual". Si estás mal de ánimos mandas a freír espárragos a quien te apetece, te sientas en el sofá y de ahí no te despegan ni diciéndote que tienes a Alejandro Sanz en la habitación dispuesto a cantar sólo para ti para curarte el corazón partío. Pero claro, con un niño que no entiende que su madre no lo puede coger en brazos, que se queda en casa mientras él se va a la calle con el pesado de su padre, que parece que lo secuestre para que no esté con su madre... Se junta el cansancio de estar en casa con la frustración de no poder estar ahí para él, sabiendo que él lo nota y que su madre sólo está de forma física. Fueron malas semanas para todos, para ella y para el peque sobre todo, pero el resultado final está resultando ser un monstruito con mirada mágica que ilumina y guía nuestras vidas, agrupando 4 fuertes y dispares personalidades hacia un mismo objetivo común: nuestra felicidad.
Cuarto paso bis - Proceso de maduración externa
Relaciones entre hermanos
Para muchos, esto era lo que nos esperaba. No veas, que gente tan ceniza... Las cosas que te dicen cuando estás esperando un segundo bebé (bueno, a ti y a tu primer hijo, que eso particularmente ya molesta bastante más), da para un post enterito, ya que se juntan los ingeniosos, los repetidores, los impertinentes y los mala leche. Así que un buen resumen es la imagen de la foto: que el grande fulminaría al recién llegado.

Quinto paso - PreparativosEl tío no quería salir cuando le "tocaba". Ella estaba de baja, mientras yo trabajaba, así que iba y venía del trabajo cuando había controles. Teníamos ya día previsto para que saliera, pero dos días antes Cuando fuimos de nuevo a las correas dicen: oye, que si no tenéis nada mejor que hacer pues ya puede salir. Pues irnos a tomar unos boquerones en vinagre a las 10 de la mañana no era nuestro plan, pero vamos, que no había nada preparado!! Así que me tocó correr para preparar todo, niño en la maleta, papeles en el coche, ropa en casa de la suegra... ein? No, no... Quería decir ir a casa y meter las cosas en la maleta para el hospital. Decirle al peque que iba a estar más rato del previsto en casa de sus abuelos y también llevarle su maleta de Los Simpson. Y bueno, llamar al trabajo también, que en vez de un par de horas iba a estar un par de semanas fuera. Suerte que no había dejado abierta ninguna pestaña comprometida de Internet.

Sexto paso - AdaptaciónEstamos en ello, nunca se acaba. Y si a todo esto le sumamos la centena... Sí, la centena, que la puñetera cuarentena se extendió un poco, tanto por delante como por detrás y eso se hacía más largo que una peli de sobremesa de Antena 3. Ya ni nos acordábamos...

Esto lo podría hacer larguísimo (casi tanto como la adaptación de la guardería), pero como son cosas y anécdotas del día a día, ya les dedicaré el espacio que se merecen en entradas posteriores.

Ahora ya lo vemos todo un poco más claro, y, aunque he dicho que el proceso de adaptación no acaba nunca, sí que llevamos ya un tiempo conviviendo todos juntos y algo de experiencia hemos sacado.

El jueves pasado llegué tarde a casa y mientras me estaba duchando ellos estaban en una habitación y oía ruidos. Apagué el grifo y medio me asomé. Oí como jugaban los dos, riendo, hablando entre ellos a su manera. Casi se me escapa el pis del gustirrinín.

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