Camaradas,
Al principio, la reacción de Stalin y de la Stavka al comienzo de la Operación Tifón ha sido de completo mutismo, dado que la mayor parte de su atención se ha encotnrado todavía centrada en las críticas situacioens en Leningrado y Ucrania. De hecho, tan despreocupado -o inconsciente- se encontraba Stalin respecto a la magnitud y trascendencia de la penetración de Guderian, que el 1 de octubre ordenó al Frente de Reserva transferir a todo el 49º Ejército a defender Kursk y Kharkov. Fue sólo cuando los ataques alemanes comenzaron el 2 de octubre a lo largo de todo los Frentes Oeste, Reserva y Bryansk, que la Stavka finalmente supo que había llegado la hora de preocuparse. El Alto Mando Soviético ordenó entonces al Comandante General Dmitri Lelyushenko, un experimentado oficial de blindados, que se dirigiera a Orel y asumiera el mando de varias unidades de reserva que se estaban formando apresuradamente en la zona como el 1º Cuerpo de Guardias Fusileros.
Yeremenko se inclina sobre un mapa... y suda.
Al sur, Yeremenko no era plenamente consciente del alcance de la penetración de Guderian, dado que muy pocas unidades soviéticas estaban en contacto con el Segundo Cuerpo Panzer después de la ruptura del 1 de octubre. Sin embargo, el reconocimiento aéreo soviético detectó columnas Panzer que se dirigían hacia el norte en dirección a Bryansk y Orel, así que Yeremenko comenzó a movilizar a sus limitadas reservas. Dos divisiones de fusileros del 13º Ejército recibieron orden de desplazarse al este para bloquear el avance de XLVII Cuerpo Panzer a través de Seredina Buda, pero para cuando la lenta infantería soviética comenzó a moverse, los Panzer ya los habían dejado atrás. Yeremenko también trató de desplazar otra división de fusileros y algunos restos de unidades acorazadas para bloquear la principal autopista que se internaba en Bryansk desde el sur, ignorante de que los Panzer alemanes más cercanos de hecho se estaban aproximando a la ciudad desde el este.
Batería soviética de morteros de 152 mm.
Al norte, Konev reunió todo lo que tenía y lo lanzo contra el Cuarto Grupo Panzer de Hoth tan pronto como se dio cuenta de que los alemanes habían logrado una gran penetración. Konev ordenó al Teniente General Mikhail Lukin, comandante del 19º Ejército, que se interpusiera en el camino de Hoth y empleara sus tres regimientos de morteros de la reserva (unos 100 morteros de 152 mm) contra las puntas de lanza alemanas. Por desgracia para el Frente Oeste Soviético, la artillería soviética había perdido gran parte de su capacidad de dirigir fuego indirecto, en particular contra un objetivo en movimiento. Después de que la artillería se mostrase incapaz de detener a los Panzer de Hoth, Konev recurrió a sus fuerzas móviles para contener a las puntas de lanzar alemanas. Konev tenía más de 400 tanques a su disposición, pero la mayoría eran ligeros T-26s. La mejor unidad blindada de Konev, la 143ª Brigada de Tanques, con alrededor de 30 T-34s, fue erróneamente enviada contra el VII Cuerpo de Infantería Alemán en vez de contra la punta de lanza Panzer. Entonces Konev ordenó a su segundo, el Teniente General Ivan Boldin, que organizase una fuerza de contraataque a partir de las reservas del Frente Oeste y el grupo de caballería del Comandante General Dovator. El 30º Ejército del Comandante General Khomenko también recibió órdenes de coordinar un contraataque de dos divisiones junto con el grupo operativo de Boldin.
Una unidad de caballería soviética afila sus sables antes de la batalla contra los Panzer.
Entre el 4 y el 5 de octubre, el grupo operativo Boldin (compuesto de dos divisiones de fusileros, una diezmada división motorizada y dos batallones de tanques ligeros) atacó desde el noreste la cabeza de puente sobre el Dniepr del LVI Cuerpo Panzer de Schaal cerca de Khol-Zhirkovski con dos divisiones de fusileros y algo de caballería. A pesar de los desesperados ataques soviéticos, el grupo de Boldin no sólo fracasó en su intento de rechazar a la 6ª y 7ª Divisiones Panzer, sino que además perdió 80 de sus tanques. El LVI Cuerpo Panzer persiguió a los soviéticos tras su retirada y destruyó a gran parte de su artillería. Después de menos de cuatro días de combates, el Frente Oeste de Konev se encontraba despanzurrado y éste era incapaz de cerrar el agujero. El caos reinaba en los cuarteles generales de vanguardia soviéticos, en particular debido a la falta de radios y de oficiales de estado mayor preparados. El grueso de la infantería soviética en el Frente Oeste simplemente se limitó a permanecer en sus posiciones hasta que eran aplastadas o rodeadas.
Tanque soviético consumiéndose entre las llamas.
La situación era todavía peor en el centro del frente, donde los ejércitos de primera línea del Mariscal Budenny estaban siendo rebasados rápidamente, mientras que sus fuerzas de segunda línea desperdiciaban sus tropas móviles en contraataques inútiles. A medida que los ejércitos del flanco izquierdo del Frente Oeste comenzaban a retirarse hacia Vyazma, los ejércitos del Frente de Reserva permanecieron inmóviles. El Cuarto Grupo Panzer capturó Kirov y Spas-Demensk el 4 de octubre y a continuación se adelantó para capturar intacto un puente sobre el Río Ugra en Yukhnov. Un parte importante del problema residía en que la mayoría de las unidades de Budenny eran bien restos de divisiones derrotadas en las batallas de Smolensko o bien unidades de milicia que todavía se encontraban en proceso de constitución; muy pocas de las divisiones del segundo escalón defensivo del Frente de Reserva eran de hecho capaces de llevar a cabo operaciones de combate serias. Más aún, el Frente de Reserva había sido desprovisto de combustible, munición y transporte en favor de otros comandos.
Nada ilustra mejor la derrota soviética que esta imagen.
Para el 4 de octubre, estaba claro que los Frente Oeste y Bryansk se encontraban en serios problemas, pero Stalin se negó a autorizar ninguna retirada. Tal y como se ha hecho todavía más obvio en el día de hoy, 5 de octubre, se avecina una gran catástrofe. Stalin finalmente ha permitido a la Stavka ordenar una retirada hacia Vyazma para salvar el Frente Oeste. Sin embargo, Stalin se encuentra muy disgustado con el mando de Konev y ha ordenado al General Zhukov regresar desde Leningrado para sustituirlo. De hecho, Stalin ha sopesado ejecutar a Konev, como había hecho con Pavlov por su responsabilidad en los cercos de Bialystok-Minsk en junio, pero finalmente ha preferido reservarlo para otras derrotas.
Tod dem Bolschewismus!
Es lebe Nationalsozialismus!