Cuántas ideas interesantes hay en este breve ensayo sobre la Real Armada del gran Manolo Lucena, el otro día en ABC: hay que ir más allá de los tópicos y ser menos perezoso. Y dejar de mirar embobado los cuadros de Augusto Ferrer pensando que son la realidad; no, son una interpretación de una parte de la realidad. Como ejemplo, este párrafo: "En el estado fascinante y renovador de la historiografía actual sobre la historia global española e hispana (si es que en las repúblicas hermanas del otro lado del Atlántico se deciden por fin a relegar los aburridos y pertinaces mitos del siglo XIX y se ponen al día), las preguntas responden a una escala distinta. No épica, romántica o excepcional, sino institucional. El imperio español que representaba Fidalgo, en el límite de las posibilidades de la tecnología en etapa preindustrial, llevaba casi tres siglos de existencia en el hemisferio occidental y aún le quedaba otro más."