Revista Opinión

La realidad de un debate sin vencedores pero con vencidos…

Publicado el 08 noviembre 2011 por El Tridente

LA REALIDAD DE UN DEBATE SIN VENCEDORES PERO CON VENCIDOS…

Hoy no se habla de otra cosa. Y no me refiero a la posibilidad de que sea deporte olímpico contar burbujas de una botella de agua con gas o que saltar a la pata coja durante veinte minutos seguidos tenga efectos perjudiciales para la columna vertebral, no. Hoy de lo que se habla es del debate televisado de anoche. Dos señores, bastante mayores que le dieron a la lengua durante 100 minutos en una cita que por momentos tuvo episodios bastante desagradables.

El encuentro del que tanto se habló previamente, generó un sinfín de titulares, pero lo más curioso del asunto es que, al ser la única vez en la que estos señores se van a enfrentar durante estos días de campaña la expectación fue tal, que nadie se lo quiso perder. No obstante y aún a riesgo de parecer poco objetivo, creo que lo que anoche vi me pareció más de lo mismo. No pude observar alternativas que merezcan que vote a uno por ellas o propuestas de cambio que hagan que me decante por el otro.

Pero al parecer no soy el único que tiene esas sensaciones. Hablando esta mañana con Doña Pilarita, la vecina del cuarto izquierda, me dijo que lo de anoche le pareció, como dice ella, la misma fregona con pírgano distinto, o sea, que no sirve para fregar. Por su parte, Don Rubén, del segundo derecha, sí tenía una visión clara de a quién votar y por qué motivo. Supongo que el estar afiliado a la opción que defiende tiene bastante que ver.

Así que sigo con dudas, y estoy seguro de que muchos de los que anoche pudieron presenciar el acalorado encuentro se encuentran en la misma situación que yo. Y es que, cuando se trata de que sea uno u otro el que se hará cargo de tal responsabilidad durante un largo periodo de tiempo, provoca que te encuentres desamparado y pienses que no estás tomando la decisión correcta.

En lo que todos estamos de acuerdo es en que no se grabe más y se televise a través del canal comunitario un debate como ese, porque para saber si voto a Don Fernando Blado o a Don Francisco Mido, hijo de Don Rubén todo sea dicho, no me hace falta ver una hora de mentiras y falsas promesas. Y es que cada vez que hay debate en mi comunidad de vecinos me pongo de los nervios porque al día siguiente todo el mundo habla de lo mismo. ¿O acaso pensaban ustedes que yo hablaba de otra cosa?

Esta es la crónica habitual, de un día como otro cualquiera…


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