La realidad olvidada por todos

Una vez más, el tema de la semana vuelve a centrarse en Bárcenas y en el PP. Los últimos acontecimientos -Los papeles originales de Bárcenas, los SMS entre Rajoy y Bárcenas, el pago por parte del PP de la defensa de Bárcenas durante su imputación...- son los temas de los que más se habla últimamente. Éstas noticias han hecho que tanto los partidos de la oposición como la gente de la calle desconfíe del PP -y sobretodo, de Mariano-. Es el momento de dar respuestas. De dar explicaciones. No vale decir que es más importante la crisis que unas acusaciones que, desde mi punto de vista, son bastante creíbles. Para salir de la crisis es importante acabar con la corrupción. Hemos de tener en cuenta, además, que no se trata sólo de una crisis económica, sino que también es una crisis ideológica. La gente ya no confía. No comprende. No hay transparencia, y eso hace que la "clase política" se aleje del pueblo. Las personas necesitan creer que estamos en un país honrado. Que forman parte del sistema. Nos olvidamos muchas veces de que la "clase política" en realidad no debe ser una "clase", sino que deberían ser meros trabajadores a cargo de la gente y llevar a cabo lo que el pueblo quiere. No trabajan para si mismos. No trabajan para las empresas que financian el partido o que financian sus economías privadas. La realidad olvidada por todos es que deberían trabajar para nosotros. Deberían ser personas cercanas al pueblo. Que escuchasen al pueblo. Que hiciese caso de lo que se pide, puesto que el poder es del pueblo. La excusa de que no se habla del tema Bárcenas porque hay cosas más importantes de las que ocuparse no sirve. Todos tienen cuentas fuera del país. Si no fuese así, la crisis sería mucho menos de lo que es. Entonces, si quieren acabar realmente con la crisis, ¿por qué no blanquean su dinero? ¿Por qué permiten los sobornos y la financiación ilegal?El PP dice que no se ha de hacer caso a Bárcenas, que está en la cárcel y supuestamente tiene dinero negro en Suiza, pero precisamente porqué él está en la cárcel y se ve acorralado -y probablemente el partido haya dejado de ayudar-, ha decidido hablar y contar cosas que hasta ahora no había contado. El hecho de que una persona haya cometido un delito no significa que todo lo que vaya a decir a partir de ahora vaya a ser mentira. Yo creo que, probablemente por primera vez desde que saltó todo esto, está diciendo la verdad. Pretenden dar lecciones y no predican con el ejemplo.