El lamentable episodio de las agresiones a colegiados ourensanos por parte de sus directivos y especialmente el silencio mediático que siguió a la situación durante el mandato del Alcalde del PSOE en la F.G.F., me hizo profundizar y reflexionar sobre diversos aspectos que rodean a un colectivo que habitualmente solo es noticia por una mala actuación o cuando les agreden, dependiendo esto último en muchas ocasiones del poder de cualquier tipo que pueda ejercer el agresor sobre los medios para que su nombre no se vea manchado por un simple "mal momento". Los derechos que tienen en comparación con otros participantes en este circo y especialmente cuando a elecciones nos referimos, lo explica bien un artículo hoy Domingo en La Voz de Galicia firmado por Iván Antelo: "El árbitro, el eslabón perdido"
Lo ocurrido esta última semana en Galicia, lo da por cerrado la F.G.F. en su Web Oficial colgándose una injusta medalla, cuando el problema en Vigo puede conducir a una nueva movilización en breve y lo que queda es una brecha entre el norte y el sur gallego, mas rencillas y rencores de lo que ya existía y una división en el seno federativo que va mas allá del tema arbitral.
Seguimos con los árbitros aunque "lo demás" parece que está cerca, solo anticipo que el sistema actual permite a alguno manejar votos aunque su nombre no esté en la palestra, lo que puede conducir a una situación que podría depararnos alguna sorpresa si Louzán no toma medidas con el que sin tener esta capacidad ni mucho menos, usó el cargo para colocar a sus allegados... algo que puede pasar factura.
Los árbitros son jueces y como tales deberían tener una total independencia y no solo a la hora de dirigir un partido. A este derecho que sus propias normas le retiran, se une una presunta dignidad, valores humanos, coherencia, compañerismo, etc, etc. Pero -¿Que aprende un chaval al entrar en un Colegio además de las obligadas reglas del juego?...la respuesta es fácil, se aprende generalmente de lo que se observa en los que se supone deben servir de ejemplo, sus superiores salvando honrosas excepciones ya que el colectivo arbitral tiene un especial imán para atraer a sus puestos de mando a gentes que buscan todo lo contrario a lo que por valores debe entenderse.
Políticos en activo o fracasados, nostálgicos del "ordeno y mando" y buscavidas de todo tipo, tratan de ocupar unos cargos que son a la vez un curso de "trepa" por el que no paga sino que cobra y un pasaporte a metas mayores en forma de relaciones y los consiguientes favores, algo que de otro modo dada su escasa preparación en muchos casos, no podrían ni imaginar. No basta el "haber sido" si "no se sabe ser".
Estos son los "ejemplos" a seguir para muchos colegiados que se deforman en mas Delegaciones de las que imaginamos y aunque parte de los mimos, en formación intelectual y moral llegan bastante justitos, estos ya no son mayoría como antaño ya que jovenes suficientemente preparados no están por la labor de "tragar" con los que mandan con mas o menos "cojones" y en consecuencia no son facilmente manejables, mucho menos por gentes muy justitas en todo. Lo de Santiago parece un milagro ayudado en parte por la extrema rapidez con la que Louzán zanjó el conflicto por la vía fácil, pero todo indica que ahí alguien si se encargó de forjar un carácter y unos valores que en otros lugares aun parecen brillar por su ausencia, la bajada de pantalones -o bragas, por no discriminar- a cambio de ciertos favores sigue instalado, especialmente en lugares en donde la dictadura mas dura, dura ya demasiado y la necesidad económica sigue obligando. No, nadie debería cantar victoria ya que parece que algo se está empezando a mover y esto es una mala noticia para los que quieren seguir anclados en el pasado aunque nos intenten vender otra cosa muy distinta.
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