El proyecto se centra en la recuperación de algunos de los mejores títulos, y se inicia con “Guerra y paz” de Liev Tolstói, “Stepanchikovo y sus moradores” de Fiódor Dostoievski (ambos con traducción de Lydia Kúper) y “Una familia venida a menos” de Nikolái Leskov, traducida por Jorge Ferrer. Unos títulos, que a decir de Muchnik, competían en calidad con la mejor literatura inglesa de la época. A lo que hay que sumar el preciosismo en el detalle, desde el punto de vista de la edición, ya que las portadas corren a cargo del pintor Eduardo Arroyo.No tienen prisa. La idea, en el mejor de los casos, es publicar un máximo de tres títulos por año, pues “si un lector lee dos clásicos rusos en un año, es un excelente lector y nos daremos por muy satisfechos” comenta Mario Muchnik de los que asegura que el lector tendrá en sus manos un libro que ha sido capaz de aguantar el paso del tiempo, como si se hubiera escrito hoy.
