Los tres detenidos la pasada semana por la Guardia Civil en la provincia de Alicante como integrantes de una presunta red dedicada al tráfico de células madre, cobraban a sus víctimas entre 1.800 y 2.500 euros por la extracción de sangre del cordón umbilical, y ofrecían envíos del material genético a Alemania para su supuesta conservación y tratamiento, que eran falsos, ha informado en un comunicado el Instituto Armado.
De las declaraciones recibidas de varias de sus víctimas, la Guardia Civil descubrió que el presunto líder de la red cobraba entre 1.800 y 2.500 euros por la extracción de las células madre y su posterior conservación, y expedía contratos de prestación del servicio y certificados del resultado de almacenaje y conservación de la muestra, así como certificados de criogenización falsos.
Ya en agosto del pasado 2011 se sospechaba, pues la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (Aemps), comunicó a la Guardia Civil que las autoridades sanitarias alemanas habían detectado la falsificación de un certificado de Normas de Correcta Fabricación de Medicamentos de una empresa con razón social en Alicante, en cuanto al tratamiento de células madre.
Dicho documento había sido expedido a nombre de un laboratorio alemán llamado ‘Bocryo Stammzelltechnologye Gmbh’ que no existe, cuya denominación era muy similar a otro real.
Ex empleado de una empresa del sector
En ese momento, la Guardia Civil de Alicante inició la investigación, y constató que el administrador de la mercantil ‘Representaciones Biomédicas de Levante’ era R.C.L., vecino de la localidad alicantina de Ibi, que había sido despedido en febrero de 2011 de la empresa de este sector para la que trabajaba desde 2007 como delegado comercial, en las zona de Levante, Albacete y Murcia.
A raíz de su despido, creó las marcas comerciales ‘Instituto Celular’ y ‘Cryocell’, haciendo creer a personal sanitario (ginecólogos, matronas, empresas de ecografías) que la empresa para la que trabajaba había cambiado el nombre comercial por estos últimos, aprovechándose de la cartera de clientes que había creado durante el tiempo que trabajó para dicha empresa.
De esta manera, el ahora detenido abrió en Internet las páginas web ‘www.institutocelular.es’ y ‘www.cryocell.es’, dando también charlas en clases de preparación al parto, con la intención de captar nuevos clientes.
Según el relato de la Guardia Civil, R.C.L. hacía creer a los ahora perjudicados que la muestra extraída de la sangre del cordón umbilical era remitida a laboratorios alemanes para su conservación cuando en realidad no era así, desconociendo el destino que le daba a la misma.
Desde la Benemérita han explicado que esas muestras eran destruidas, almacenadas de manera irregular o incluso comercializadas en el mercado, o en laboratorios para otros fines distintos a su conservación y almacenaje.
Número indeterminado de estafados
En la mañana del pasado martes, 27 de marzo, además de al supuesto cerebro de la trama, los agentes detuvieron a la esposa de éste -M.M.B.- y a otra mujer que actuaba en connivencia con ambos, cuyas iniciales son V.K.C.G., los cuales, mediante engaño y falsificación de documentación y sellos, habrían estafado a un número “elevado e indeterminado” de personas.
Además, se practicaron dos registros domiciliarios en los que se halló documentación falsificada de ‘Bocryo Stammzelltechnologye Gmbh’, sellos estampados en los contratos falseados, útiles para falsificar contratos y certificados de criogenización, material y soportes informáticos, teléfonos móviles y numeroso material sanitario para confección y envío de los kits de extracción de la sangre del cordón umbilical.
Los detenidos fueron puestos a disposición del juzgado de instrucción número dos de Ibi (Alicante), quien decretó el ingreso en prisión comunicada y sin fianza de R.C.L. y la puesta en libertad con cargos de las otras dos implicadas.
La Guardia Civil ha habilitado la cuenta de correo electrónico‘[email protected]’ para que toda persona que crea que haya podido ser víctima de esta estafa lo comunique por ese medio.
Fuente El Mundo.esFoto USP Hospitales en Flickr