La red social vergonzosa, por Iván Dessau

Impulsado por un amigo, me armé un perfil en la red social vergonzosa.
Claro está que no hablamos de la red social establecida, esa que factura millones, domina al planeta y maneja la CIA.
No. Hablamos de una red social más, digamos, lumpen. Hablamos de una red social más, digamos, para cojer.
El conurbano hecho web.
Ahí me inscribí.
Y me hizo reír mucho.
Me reí con las fotos de algunas chicas y sus impostados gestos de sensualidad.
Me reí con las fotos de los muchachos, en cuero, mostrando sus tatuajes y pectorales, en una mezcla de Fort con Chayanne.
 Me reí con las opciones de frases que te sugiere la red social vergonzosa para que sumes a tu perfil:
- Quiero quedar con un chico. 
- Quiero hablar con un chico. 
- Quiero caminar de la mano por la playa con un chico. 
- Quiero comer un helado con un chico. 
- Quiero comer algodón de azúcar con un chico.
- Quiero ir a cenar a la Costanera con un chico.
 (me llamó la atención tanta opción gastronómica)
Me reí con la invitación de la red social vergonzosa a que adquieras “Superpoderes” eligiendo “el paquete que mejor se adapte a ti”. Claro, pagando.
Me reí con los comentarios que dejan los muchachos en las fotos de las chicas.
 - hOLA vonvon me encataria conoserte. 
- tienes un rostro bellísimo, mira mi foto y si te parezco sexy hablamos. 
- hola me llamo jorge te invito pases por mi perfil, ojo no soy brad pitt pero tampoco el cuco soltero sin hijos intructor si lo deseas te moleste ruego me disculpes 
- hola bonita, ama a quien te ama, no te regales a cualquiera, te invito a que con migo conoscas el verdadero amor y despues llenarte de leche.
Me reí con las bestiales faltas de ortografía de algunas personas. Y así, investigando y riéndome, llegué a lo que sospechaba que podia pasar.
A lo que no quería que pasara.
A lo que finalmente pasó.
Llegué al perfil de mi tía Norma. Y ahí ya no me reí más.