Vale recordar que sus principales características son: todos las personas deben obtener un seguro médico en una institución privada o pública; las aseguradoras tienen la obligación de ofrecer una cobertura amplia en el seguro para servicios médicos, incluyendo atención preventiva y, además, no pueden negar el seguro a quienes padezcan o hayan padecido una enfermedad; la federación subsidiará la ampliación del programa Medicaid, que atiende a las personas de bajos recursos.
La Corte ha determinado que los principales aspectos a los que se concretarán las audiencias son: constitucionalidad del mandato mediante el cual todos los ciudadanos tienen la obligación de adquirir un seguro médico; si ese mandato es en alguna forma un impuesto; ¿cuáles serán las partes de la ley que sobrevivirán en caso de que la Corte decida anularlo?; la disputa que se ha suscitado entre la federación y los estados por la ampliación en la cooperación que existe en torno al programa federal de ayuda a las personas de bajos ingresos, conocido como Medicaid.
La decisión de la Corte tendrá implicaciones que van más allá de la propia reforma de salud. De proceder la demanda, no sólo se estará vetando la ley, sino que además será un guiño a los sectores mas conservadores de la sociedad, incluídos el partido republicano y el Tea Party, de la complacencia del máximo tribunal con los subterfugios legales que han interpuesto para obstruir el gobierno de Obama entre ellos, las draconianas leyes migratorias en contra de los inmigrantes. Al final, lo que puede ser más relevante es que su relección se verá seriamente comprometida.
Valga como lúgubre epílogo recordar que cinco de los nueve ministros que integran la Corte han dejado de manifiesto en sus decisiones la afinidad que sienten por las causas que defienden los sectores más conservadores de la sociedad.
Fuente: http://www.jornada.unam.mx/2012/03/26/opinion/019a1pol