Revista Decoración

La reforma sin obra de mi cocina. un antes y después

Por Lalole


Algunos ya conocéis su estado actual por el post con el que participé en el desafío de agosto de Bla-d. Pero de lo que tenía muchas ganas, es de contaros como conseguimos transformarla de forma muy económica y con nuestras propias manos.

Espero con ello sobre todo motivar a aquellos que como yo lo estuve en su día, ardan en deseos de darle un buen cambio a sus cocinas desfasadas, pero económicamente les resulte inviable afrontar una reforma al uso.Veréis que independientemente del estilo que yo quise darle a la mia, el resultado es totalmente adaptable al gusto de cada cual. Eso es lo bueno!Pero empecemos por el principio: Nos enfrentamos a la cocina de un piso de segunda mano, alicatada de arriba a abajo, con su cenefa a juego (les tengo una especial manía a las cenefas), y con muebles de formica ocupando todo un frente. Tacháaan:ANTES (2010)

LA REFORMA SIN OBRA DE MI COCINA. UN ANTES Y DESPUÉS.

Pues estos son los principales puntos que quisimos atacar:1. EL COLOR DE LOS ARMARIOSA lo que me enfrentoComo veis son bitono: un color verde azulado combinado con algunas puertas en beige, que creo que es el único color del espectro que no tolero de ninguna de las maneras! Lo suyo hubiera sido lacarlo por completo, pero las piezas laterales, zócalos y embellecedores hubieran necesitado que se hiciese a pistola para un acabado impecable.En este punto tengo que aclarar que justo antes de enfrentarme a esta batalla me pasé un par de semanas lacando las puertas de casa, y tenemos 9!!! Así que como no tenía ganas de enredarme demasiado (sobretodo porque estaba pendiente el tema paredes; ya llegaremos a él...) me limité a desmontar sólo las piezas de color beige (el enemigo!) para lacarlas en un color verde aqua-verde mint (hace dos años no estaba de moda) que me pareció que podría combinar bastante bien con el otro tono verdoso.Cómo lo hiceUna vez desmontadas las doce puertas que se iban a lacar y sus correspondientes tiradores, las lijé con una lijadora eléctrica hasta quitarle prácticamente toda la capa brillante superficial (os recuerdo que estamos hablando de una superficie tipo formica o melamina). Lástima que no tengo fotos del proceso para que podáis ver su aspecto, pero la superficie estará perfectamente lijada cuando consigáis que quede totalmente mate.Luego hay que limpiar escrupulosamente la superficie antes de aplicar con rodillo de lacar al agua una mano de imprimación todoterreno, que sirve en este caso para mejorar la adherencia de la pintura posterior. Ya os he mencionado mil veces la que yo uso, aunque siguen sin patrocinarme ni nada, que conste ;)Se deja secar el producto el tiempo indicado, le damos una lijadita suave para alisar bien la superficie, limpiamos cualquier resto de polvo, y ya podemos aplicar el esmalte o laca del color elegido. En este caso usé esmalte sintético y apliqué dos capas con rodillo de velour (siempre lijar suavemente entre capa y capa).Y así quedaron. Bye bye beige!DESPUÉS (2012)
LA REFORMA SIN OBRA DE MI COCINA. UN ANTES Y DESPUÉS.
2. NO MÁS AZULEJOS PLEASE!A lo que me enfrentoAzulejos por aquí, azulejos por allá es lo único que veía cuando entraba en la cocina, con el gravamen de una greca perimetral que no me ayudaba a cogerle cariño a esta estancia en particular de mi casa. ¿Cómo deshacerme de ellos sin tentarme a agarrar un pico y una maza y desatar mi furia?Cómo lo hiceEn principio valoré la opción de usar pintura especial para azulejos, pero la greca seguiría notándose... También pensé en usar papel de pared de buen grosor (ya los hay preparados para cocinas) que tapara tanto las juntas como la greca, pero quedaba por solucionar entonces el frente en donde se cocina y friegan los platos....Mi solución: enmasillar toda las juntas de cada azulejo y de la greca hasta dejar las paredes como una superficie perfectamente lisa sobre la que poder aplicar cualquiera de las soluciones anteriores. Este es el producto que usé:

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LA REFORMA SIN OBRA DE MI COCINA. UN ANTES Y DESPUÉS.


En este caso ya viene preparado en forma de pasta, pero también se vende en polvo para mezclar con agua, que es como lo usé tras comprobar que el resultado era tal como yo imaginaba. Y  en polvo rinde mucho más!Lo que hay que hacer es ir aplicando producto con una espátula a lo largo de todas las juntas, intentando rellenar lo estrictamente necesario, porque después toca lijar para alisar la pared y no queremos trabajar más de la cuenta, verdad? :)Las juntas van quedando así:

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LA REFORMA SIN OBRA DE MI COCINA. UN ANTES Y DESPUÉS.
tapando juntas de azulejo con masilla

Lo más fastidioso fue tapar la greca como era de esperar, porque el dibujo que hacia tenía un poquito de relieve y tocó ir distribuyendo la masilla más allá de las propias juntas para que no se notase tanto desnivel con respecto al resto de la pared.Una vez tenemos todo relleno, toca armarse de paciencia (mucha!) y ponerse a lijar. Para ello usé la lijadora eléctrica con lija de grano medio. Ojo! Debéis tener mucha precaución de usar una buena mascarilla y precintar bien las puertas si no queréis que toda la casa se os llene de un fino polvillo que os tendrá limpiando una semana entera!

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LA REFORMA SIN OBRA DE MI COCINA. UN ANTES Y DESPUÉS.
lijando la masilla tapajuntas

Tras esta primera lijada aparecen un montón de pequeños fallos; por ejemplo, hay lugares donde la masilla merma y es necesario volver a rellenar, así que damos un segundo repaso a toda la superficie, dejamos secar y lijamos de nuevo. Esta vez se puede hacer con lija de grano más fino porque cada vez vamos perfeccionando más y más las paredes. Hay que repetir estos repasos tantas veces sea necesario hasta asegurarse que la pared está perfectamente lisa. Como mi objetivo era usar pintura plática para las paredes, fué necesario mejorar su adherenciaya que en su mayoría sigue siendo una superficie de azulejo. Así que apliqué con rodillo de lacar al agua, un par de capas de la misma imprimación todoterreno que usé para los armarios, lijando suavemente entre capa y capa. El resultado es bárbaro y ya se aprecia un cambio notable incluso antes de pintar. Yupiii! Funciona!!!

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LA REFORMA SIN OBRA DE MI COCINA. UN ANTES Y DESPUÉS.
  primera capa de imprimación
LA REFORMA SIN OBRA DE MI COCINA. UN ANTES Y DESPUÉS.
segunda capa de imprimación


Con las paredes ya preparadas para recibir la pintura plástica procedí a pintar toda la cocina en el mismo tono gris perla que el resto de mi casa, excepto en la zona del frente de cocina y en la nevera donde usé pintura de pizarra.ANTES (2010)

LA REFORMA SIN OBRA DE MI COCINA. UN ANTES Y DESPUÉS.
 DESPUÉS (2012)
LA REFORMA SIN OBRA DE MI COCINA. UN ANTES Y DESPUÉS.

ANTES (2010)
LA REFORMA SIN OBRA DE MI COCINA. UN ANTES Y DESPUÉS.

DESPUÉS (2011)
LA REFORMA SIN OBRA DE MI COCINA. UN ANTES Y DESPUÉS.

3. EL SUELOCon las paredes bien lisitas y el antiguo color beige de los muebles ya en el olvido, solo quedaba enfrentarse al suelo, la partida más cara de  toda la transformación. Seguimos con el espíritu hazlo tu mismo, así que en nuestro caso no superó los 250€ correspondientes a la compra del material. Nos decantamos por un suelo laminado con sistema montaclick de propiedades hidrófugas y acabado con efecto mineral, que compramos en el famoso almacén de bricolaje y que instalamos entre Jano y yo en una sóla mañana. 

No tengo apenas fotos del momento en que lo montamos, pero el proceso es muy sencillo; en las propias tiendas suelen facilitar mini guías de instalación y existen infinidad de videos y tutoriales en internet.

De forma muy resumida os cuento que lo principal es extender la manta aislante consiguiendo una superficie  bien lisa; y luego ir encajando las láminas o plaquetas dejando un espacio de aproximadamente un centímetro a lo largo de todo el perímetro que luego quedará tapado con el rodapies y que sirve para que el material "respire" en caso de que haga pequeñas dilataciones o contracciones, por los cambios de temperatura.
LA REFORMA SIN OBRA DE MI COCINA. UN ANTES Y DESPUÉS.

En definitiva, modificando estos tres elementos; muebles, paredes y suelo, conseguimos darle a esta vieja cocina un giro de 360º por poco más de 300€. Y como os decía al principio, los pasos seguidos admiten miles de posibilidades de personalización para que cada cual lo adapte a sus propios gustos.

Aquí van unas fotos de repaso:


ANTES (2010)

LA REFORMA SIN OBRA DE MI COCINA. UN ANTES Y DESPUÉS.
DESPUÉS (2012)
LA REFORMA SIN OBRA DE MI COCINA. UN ANTES Y DESPUÉS.
ANTES (2010)
LA REFORMA SIN OBRA DE MI COCINA. UN ANTES Y DESPUÉS.
DESPUÉS (2012)
LA REFORMA SIN OBRA DE MI COCINA. UN ANTES Y DESPUÉS.
ANTES (2010)
LA REFORMA SIN OBRA DE MI COCINA. UN ANTES Y DESPUÉS.
DESPUÉS (2012)
LA REFORMA SIN OBRA DE MI COCINA. UN ANTES Y DESPUÉS.
En este post podéis ver alguna foto más de la cocina en la actualidad.Espero haber explicado los pasos con claridad y haber animado a lanzarse a quienes estén dudosos, porque desde mi punto de vista un cambio así realmente merece la pena.

Si os queda cualquier duda sobre algún paso, materiales, etc, sólo tenéis que preguntarme ok?


FOTOS LALOLE


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