La regla de los 3 segundos

¿Conocéis la regla de los 3 segundos? Os pongo en antecedentes...

Cuando llevé a mi pequeña dictadora a la guardería fue cuando realmente empecé a relacionarme con otras madres, mientras esperábamos en la puerta a que fuese la hora y abriesen para recoger a nuestros bebés. Durante esos minutos de espera hablábamos fundamentalmente de los niños. Algunas madres hablaban para comentar que su hijo ya hacía todo mucho antes que el resto, digno de estudio de investigación. Otras para pedir consejos. Y ahí estaba yo.

De repente un día, un niño, que estaba con su madre esperando para recoger a su hermano, dijo que tenía hambre y su madre miró en una bolsa y sacó una galleta. Hasta aquí todo normal.

" Es la última cariño, luego vamos a comprar más ", le dijo. El niño la cogió y sin querer, se le cayó al suelo. Upsss!!! Entonces la madre recogió la galleta y la tiró a una papelera cercana. Al no tener más comida, comenzó el drama.

Según esa madre, hay que evitar que los niños estén en contacto con las bacterias y gérmenes. Y todo lo que cae al suelo hay que tirarlo o, si es algún juguete o algo material, limpiarlo antes de dárselo de nuevo al niño. ¡Ya estamos con la hiperprotección de los niños!!.

Sobreproteger a los niños de los gérmenes NO es nada ni bueno. Sólo se consigue que su sistema inmutario se vuelva inútil y se convierta en indefenso.

Yo sigo la regla de los 3 segundos que consiste en darle todo lo que ha estado en contacto con el suelo menos de 3 segundos. A ver, no vale todo tipo de comida, ni todo tipo de suelos. Por ejemplo, en la arena no vale ni un segundo (que luego parece que estás comiendo kikos) ni comidas pegajosas tampoco, que se llevan la suciedad pegada y da bastante asquete, la verdad (como los helados o trozos de fruta).

Y con la galleta hubiese seguido la regla de los 3 segundos, la hubiese soplado un poco y ¡Bon a petit!. Así de sencillo. Es una simple galleta que se ha caido al suelo. No es un drama.

Muchas veces se sobreprotege a los niños de manera ridícula, porque es peor darle un beso en la boca a tu hijo que esa galleta del suelo o darle la mano sin habértelas lavado y ¡¡a saber lo que habrás tocado!!.

Lo mismo ocurre con la obsesión de esterilizarlo absolutamente todo en cada uso. ¡Venga ya! no tengo tiempo ni para ducharme tranquila como para ponerme a esterilizarlo todo ¡cada vez que lo use!. Al igual que con el chupete, si se cae al suelo y no tengo agua a mano... la regla de los 3 segundos: lo recojo y en este caso lo chupo para llevarme yo toda la porquería. Y no nos pasa nada tanto a ella como a mí. ¡¡Aquí estamos sanas y salvas!

Pero... OMG!! ¿ Cómo es esto posible? ¿Somos inmortales? NO!! Sólo que no soy una histérica de la esterilización y los gérmenes. Y cuanto antes aprenda su sistema inmunitario a convivir con ellos antes se adaptarán sus defensas, nada más.