Revista En Femenino
La semiótica es, en principio, la disciplina que estudia todo lo que puede usarse para mentir.Umberto Eco
La hija de Tutmosis I quería reinar, pero su condición de mujer y las intrigas palaciegas del chaty y poderoso arquitecto real Ineni, le habían dejado fuera de juego. Con el orgullo herido, primero vio coronar a un hermanastro en su lugar y luego soportó que la casaran con el flamante Tutmosis II, a quien por si fuera poco, le dio una niña como única heredera. Al morir Tutmosis II sin descendencia masculina, el trono de Egipto pasó a un niño, hijo del faraón y una concubina y ella fue nombrada regente hasta que el pequeño tuviese edad suficiente para gobernar.Lejos de resignarse a un papel menor en la historia, Hatshepsut había planeado cuidadosamente una estrategia que revolucionaría la sociedad egipcia. En lugar de ser víctima de la política, esta vez decidió tomar el control: desplazó al joven heredero, pospuso indefinidamente el casamiento de éste con su hija, elevó fieles amigos a los más altos cargos y la mejor jugada: llenó las arcas del clero del dios Amón en Tebas con generosas donaciones y privilegios. Así fue, que llegado el momento, la hija, esposa y nieta de faraones, siempre en las sombras del poder, se autoproclamó faraón y con el beneplácito y la bendición de los sacerdotes, declaró que su verdadero padre era el dios Amón.
Fuentes:
. Caldecott, Moyra. Hatshepsut: Daughter of Amun
Mushroom Publishing, 2004.. Wikipedia, enlaces en texto.. Imágenes, InternetPor el poder divino, por su derecho de sangre pura, la doble corona de Egipto le pertenecía a una mujer. Fue un golpe maestro. Hatshepsut asumió todos los atributos masculinos de su cargo (menos el de “Toro poderoso”) y comenzó a usar la barba de sus predecesores con toda comodidad. El ardid de la teogamia fue un éxito y los egipcios celebraron con alegría la llegada de su reina barbuda. Hatshepsut tuvo un reinado tranquilo y próspero sin grandes campañas militares y con gran auge del comercio. No quiso involucrarse con la agitación política del Medio Oriente (asirios, babilonios, hititas) y se dedicó a embellecer su país con grandes monumentos, dos obeliscos gigantes y el gran templo que su amante, el genial ministro y arquitecto Senenmut construyó para ella, una de las joyas del Antiguo Egipto.
El final de Hatshepsut fue rápido y misterioso. Algunos creen que murió de causas naturales, otros que fue Tutmosis III quien la asesinó.
En cualquier caso, el nuevo faraón a pesar de sus esfuerzos, no logró borrar de la historia a esa Mujer...era tan difícil como tapar a Amon-Ra, con la mano.