Revista Cultura y Ocio
"A Barrett Meeks se le apareció una luz celestial sobre Central Park, cuatro días después de que, una vez más, hubiese salido malparado de sus amores. No era, ni mucho menos, la primera vez que le daban la patada, pero sí la primera que se lo comunicaban con un mensaje de texto de cinco líneas, cuya quinta frase era un deseo formal y demoledor de buena suerte para el futuro, seguido de tres xxx minúsculas."
No sabría decir si fue la ilustración de la cubierta o la más que clara alusión a uno de mis cuentos favoritos lo que me hizo fijarme en este título. Pero me fijé en él y me lo terminé por llevar a casa. Por eso, hoy traigo a mi estantería virtual, La Reina de las Nieves.
Conocemos a Barrett, un joven homosexual de mediana edad, exalumno de Yale que ha terminado siendo dependiente, cuando le deje su enésimo novio. Barrett camina por Central Park cuando una luz parece asomar del cielo y dirigirse a él, dejándolo perplejo, sin explicación posible. Conocemos también a su hermano Tyler, músico buscando una composición perfecta y ayudándose en las drogas para ello, y a su novia Beth, una mujer muy enferma. El grupo queda cerrado por otra mujer llamada Liz y el novio de ésta.
Cuatro personajes principales y un puñado de años serán los usados por Cunningham en su última novela para darnos un retrato melancólico de quien aún conserva la esperanza por que suceda algo. Aunque ese algo sea una luz celeste que no tiene explicación para un agnóstico. O una canción perfecta buscada al amparo de las drogas, no por lo que provocan, sino casi como ritual. Y lo hace en una ciudad con nieve, con esa quietud silenciosa que parece acompañar al manto blanco que otorga algo de mágico al paisaje que decora. Sumemos a eso dos hermanos y una esquirla de nieve y ya tenemos más que justificado el título de la novela.
Una novela que destaca sobre todo por su estilo y en la que el autor parece moverse alternando el campo secreto de cada personaje, sus misterios, su vida interior. La luz vista por Barret y cómo busca un significado para ella, el consumo de la también blanca como la nieve cocaína de su hermano, y Beth... A través de sus búsquedas, ya sea de amor o inspiración, de sus adicciones y secretos, el autor se abre para darnos una pequeña muestra de los deseos y problemas de la sociedad moderna ambientada con la Guerra de Irak de fondo. Personas normales, problemas normales, reflexiones... eso es lo que compone la novela de Cunningham. Y sin embargo podemos encontrarnos con ideas que nos dan para pensar deteniendo una lectura que mantiene un ritmo lento pero constante. Porque el autor ha concebido la historia para ser disfrutada y la estética es una de sus características más sobresalientes, el lirismo, el cuidado en la prosa... El buen hacer de quien sabe que escribe hermoso amparado en un cierto tono de melancolía.
La Reina de las Nieves es una novela hermosa, desde el título hasta sus formas en la que avanzamos por la historia sin tener del todo claro cómo va a decidir el autor poner punto final. El resultado es una buena novela que se disfruta con un placer posiblemente efímero, pero así son a fin de cuentas la mayor parte de los placeres de la vida. Buscaré más obras de Cunningham, no os quepa duda.
Y, debido al título de esta novela, hoy comenzaba hablando de cuentos y confesando cuál era mi cuento favorito, ese que uno recuerda cuando es ya adulto. Y vosotros, ¿recordáis cuál era vuestro cuento favorito?
Gracias