Nadie sabe qué causa el cáncer de próstata y por lo tanto no existe una manera de prevenirlo. Sin embargo, ciertos factores como la edad de la persona y una historia familiar de cáncer de próstata pueden aumentar el riesgo de desarrollarlo.
Un nuevo estudio de la Universidad de Harvard ha aumentado la evidencia a favor de la teoría que comer una dieta alta en grasas puede también aumentar el riesgo de cáncer de próstata avanzado.
El estudio siguió a 48 mil hombres de 40 a 75 años sin historia de cáncer. En 1986, estos hombres llenaron un cuestionario de dieta. Para 1990, el cáncer de próstata se diagnosticó en 300 de ellos con 126 casos avanzados.
Los investigadores encontraron que los hombres que comieron más grasa tuvieron un 79 por ciento mayor riesgo de cáncer de próstata en comparación a los que llevaban una dieta baja en grasa.
Además, los hombres que comían más carne roja tenían un 164 por ciento mayor riesgo que los que comían poca carne. Las grasas provenientes de productos lácteos, pescado y aceites vegetales no aumentó el riesgo de cáncer de próstata avanzado.
En contraste con otro tipo de mortalidad, la incidencia del cáncer de próstata parece ser estable alrededor del mundo: los estudios de autopsia indican que del 10 al 30 por ciento de todos los hombres de 50 años y casi todos los hombres en los 80s tienen cáncer de próstata, generalmente en su etapa temprana sin síntomas.
Los investigadores de Harvard sugieren que las diferencias entre los países en cuanto a la cantidad de grasa en la dieta, se relaciona a la variación en el porcentaje de hombres cuyo cáncer de próstata progresa a una etapa avanzada.
Dicho en otras palabras, los hombres que comen poca grasa (especialmente de carne roja) no previenen el cáncer de próstata, pero pueden prevenir su desarrollo de una enfermedad latente sin síntomas a una enfermedad diseminada que puede causar la muerte.
Anterior a este estudio de Harvard ya existía evidencia de la asociación de grasas en la dieta y cáncer de próstata pero las conclusiones no eran tan claras y consistentes como ahora.
Efectivamente, una dieta alta en grasa (y baja en fibra), es un factor de riesgo importante para el cáncer de próstata.
Vale la pena intentar cualquier medida que pueda reducir el cáncer de próstata avanzado. Una dieta vegetariana, por supuesto, es muy saludable por muchas razones. Pero aún es demasiado pronto el recomendar eliminar toda la carne roja de la dieta para prevenir el cáncer.
La carne roja, si se le quita toda la grasa posible y se consume en cantidad razonable, es rica en nutrientes esenciales como el hierro y las vitaminas B.
Lo que se recomienda es ser semivegetariano, es decir, comer poca carne roja, escogerla con poca grasa y pensar en la carne roja como una guarnición en lugar del alimento principal.
Fuente: Gabriela Levy