Como dije en el artículo anterior, me apetece escribir más en este espacio pensamientos aunque no estén estrechamente relacionados con el trading y las inversiones. Hoy quiero hacer una pequeña reflexión sobre el éxito y sobre cómo éste cambia según nuestro punto vital y circunstancias.
Cuando eres un bebé, el éxito puede ser dar tus primeros pasos o ir al baño por tu cuenta. De pequeñ@ hacer amigos; de adolescente hacer más amigos o conquistar a ese primer amor; de adulto tener un buen trabajo e independencia económica o ser famoso de alguna forma; de mayor seguir teniendo buenos amigos y en la vejez avanzada seguir dando pasos o yendo al baño por cuenta propia.
En el metro de Londres y Wall Street
Muchos días de camino a mi trabajo en la estación de Bank, escuchaba el maravilloso podcast «Entiende tu mente» que desde aquí recomiendo altamente, pues me aportaba algo de paz en el caos del distrito financiero.
Aunque disfruté mucho del trabajo que ejercía allí, en demasiadas ocasiones llegó a ser muy estresante. Recuerdo muchos días en que salía del metro cual autómata y me dirigía a la oficina sintiendo un cosquilleo en el estómago. Sentía una mezcla entre fascinación por el entorno que me rodaba y nerviosismo porque sabía que me esperaba un día largo por delante. Por un lado estaba muy orgullosa de lo que había conseguido y dónde estaba, pero a la vez sabía que no era bueno para mi salud, al menos no prolongado en el tiempo.
Las dos veces que fui a Nueva York y concretamente Wall Street para visitar a mis compañeros de Dailyfx, esta sensación se multiplicó. Y es que yo disfrutaba de todo ello, pero mi cuerpo no tanto… en ocasiones recuerdo incluso tener arcadas antes de tener que hacer una presentación. Mientras yo calmaba a mis compañeros que estaban igual de nerviosos que yo o más, por dentro me comía.
Para mi, aquello era el éxito. Había llegado a un punto que nunca hubiese imaginado cuando acabé la carrera de criminología. Para otros, sería algo totalmente mediocre, pero es que el éxito es totalmente relativo y nadie puede decirte cuál es el tuyo.
*También he de decir que durante esos años pasé momentos fantásticos (mucho más que malos) donde conocí gente increíble y volvería a ir una y otra vez.
Entiende tu mente (ETM)
3 años después de esa última visita a mis compañeros de Wall Street, trabajo en Marbella, en otro broker muy diferente y mucho más familiar. Ahora a base de golpes he aprendido a llevar mi trabajo con mucha más serenidad para disfrutar de él sin que éste perjudique mi salud.
Por supuesto hay días más buenos que otros pero ahora he entendido que si mi estómago no está bien, entonces tengo que cambiar algo en mi vida… porque simplemente NO MERECE LA PENA.
Nuestra vida es demasiado corta para acortarla nosotros mismos aún más con estrés. Y es que el estrés es el gran causante de enfermedades en la época moderna. Todos lo sufrimos de un modo u otro, y desgraciadamente el éxito como es entendido en occidente es el mejor amigo de éste.
Una de las cosas que más me calmaba en mi camino al trabajo era escuchar «entiende tu mente» y a día de hoy sigo escuchando este podcast cuando voy en el coche. Molo, Mónica y Luis hablan de numerosos temas durante 15 minutos aproximadamente compartiendo sus conocimientos y experiencias en consulta.
Justo ayer escuché uno sobre el balance entre metas/éxito y «paz interior» o serenidad que me hizo reflexionar sobre esto, y de ahí que comparta hoy este artículo.
Según el momento en que nos encontremos en nuestra vida, estos antagonistas tendrán un papel más importante pues ambos son necesarios. Y como casi todo en esta vida, en el equilibrio está la virtud.
A ti querido lector, desde este pequeño espacio, te pido que te pares a pensar un segundo sobre tu situación, y cómo lidias con el estrés si lo sufres. Y qué puedes hacer para mejorarlo, pues aunque sea inevitable en según que situación, es muy dañino y seguro que hay cosas que puedas hacer para encontrar ese punto medio.
O incluso plantéate cuál es tu definición de éxito y si es correcta… y si te sientes con valor, compártela en este espacio.
Descansa en paz
El otro día fui mencionada en un blog y no sé cómo pero buscando la fuente, fui a parar con una mujer llamada Irene Lisa Castañeda.
Internet es así, empiezas por algo y si eres detective como yo, acabas en las profundidades buscando información sobre algo que no sabes bien por qué encontraste.
En este caso me vi buscando información sobre esta mujer que vi había fallecido en 2021. De repente y sin saber bien por qué, me abundó una gran tristeza al ver su orbituario. No solo porque tiene mi nombre pero al ver que no había nada de información sobre ella. A parte de que había dejado tres niños en el mundo sin madre con su fallecimiento…
Había nacido un año después de mi y su vida ya había llegado a un final. Para mi fue desgarrador y por un momento sentí que ese orbituario era el mío y que ya se había acabado todo.
Y son estos puntos los que nos hacen realmente ver qué es el éxito en la vida. Porque al final de todo, no eres tu trabajo, ni tus achievements, sino aquello que dejas atrás, las personas que te han querido y te querrán, cuánto has disfrutado de esto, y quizás si dejas algo de huella (aunque ya no lo veas).
En nuestro día a día agitado no podemos estar pensando en ello, pero yo me obligo a hacerlo con más frecuencia de lo normal para no desviarme demasiado del camino y disfrutar cada día como si pudiera ser el último.
Desde aquí querida Irene, descansa en paz.