Hace una semana hablaba de lo fácil y habitual que es confundir visibilidad con relevancia.
Desde mi punto de vista hay 5 niveles distintos en esto de la comunicación 2.0 que vale la pena tener en cuenta y que pueden aplicarse a un profesional, una persona o una empresa que esté haciendo Social Media Marketing (aunque creo que también aplica a todo el marketing y la comunicación en general). Tu ponte en el que más te guste… no es que uno sea mejor que el otro.
La Visibilidad se consigue cuando se es omnipresente. Solo tienes que forzar la máquina y tener presencia continua en facebook, en Twitter, en la TV o en la revista del barrio. Sirve para eso, para que alguien te encuentre y te diga “tu cara me suena…”. Hablas mucho, de todo y no necesariamente todo tiene conexión entre sí.
Popularidad. Si no solo eres visible sino que además lo haces de forma simpática, caes muy bien, eres famoso o eres muy buena gente alcanzarás popularidad. Es el momento en el que la gente dice “¡claro que me suena tu cara! tú eres… ¡eres un cachondo!”. Nadie sabe muy bien donde encuadrarte, pero les suenas y mucho, te contestan, comparten alguna de tus noticias y ahí se acaba todo.
Notoriedad. Aquí no te hace falta ni escribir ni aparecer tanto. Con poco que hagas la repercusión y el impacto son altos. Es cuando dicen “¡Hombre! Fulanito, que buena la noticia que compartiste el día 4 a las 17:32”. Relacionan persona y mensaje aunque no tengan muy claro aún a qué te dedicas… o no les importe.
Relevancia. Ahí es cuando la notoriedad es permanente. Lo que escribes interesa a la gente y te siguen allá donde estés, te siguen porque no quieren perderse las cosas que dices. Eres lo que se dice un referente en la materia. Tienes prestigio y tu opinión es tenida muy en cuenta. Te encuentran y te dicen “esa teoría que tienes sobre nosequé me parece muy buena”. Ya saben quién eres, a qué te dedicas y, además, creen que sabes mucho de ello.
Influencia. Y este es el grado sumo. Es cuando el Relevante cruza fronteras. Además de todo lo anterior, tus noticias son compartidas en cantidades estratosféricas y lo hace hasta gente que no suele seguirte pero es capaz de decirle a sus amigos “oyes, que se lo he leído a Fulanito, eh? Poca broma”, aunque no lo haya leído directamente. Sientas cátedra en (casi) todo lo que dices. Te creen a pies juntillas.
Coincidiremos que llegar a ser influyente está al alcance de unos pocos y admito que para todos los niveles hay subniveles o grados y que se puede ser visible y relevante e incluso popular al mismo tiempo. Pero simplificando y teniendo que decidirse por algo creo que la relevancia es lo más importante.
¿Para qué sirve ser relevante?
Básicamente para que te otorguen la etiqueta de experto y compartan buena parte de las cosas que digas o estén atentos y receptivos a lo que dices y recomiendas. Eso hará que sea más sencillo impactar con tus mensajes y conseguir que te recomienden lo que, muy probablemente, se traducirá, si eres una persona o un profesional, en invitaciones a Congresos y conferencias y, a medio plazo, deberías poder conseguir clientes porque te has labrado una buena reputación. Y si eres una empresa para mejorar tu marketing relacional, tener clientes más satisfechos (se supone que les cuidas, claro) y también vender más.
¿Cómo saber si soy relevante?
Probablemente hay muchas formas de medir tu relevancia pero se me ocurre que podrías medirlo así:
- En cuantas listas de Twitter estás y el porcentaje de éstas sobre el número de gente que te sigue (cuanto mayor sea, más relevante eres). También la gente que te sigue, claro, pero si estás en un nicho de mercado el número de seguidores puede ser muy bajo y que seas muy relevante en ese nicho. Personalmente creo que la cantidad de contactos no es un indicador definitivo, es bueno, pero no determinante (muchos se consiguen por pura visibilidad o popularidad).
- El número de visitas y, sobre todo, cuantos suscriptores tienes en tu blog, en tu web o en tu newsletter.
- Cuantas veces se comparten tus contenidos y tus actualizaciones en distintos medios sociales. Aquí vale casi todo: facebook, Twitter, LinkedIn, delicious, etc… si tienes marcadores sociales en tu blog o web es fácil hacer un seguimiento. Las veces que favoricitan tus contenidos o que le dan a un “me gusta”.
- Cuantas veces te mencionan ya sea en redes sociales como en post de otros blogs. O cuantas veces tus frases son utilizadas al estilo “como dice fulanito….” en una conferencia, un curso o una charla.
Y ¿Cómo consigo ser relevante?
Pues básicamente centrándote en algo y aportando valor. Ya hablé de que era contenido de valor. Solo repetiré que no es necesario que solo me hables de lo bien que tu lo haces o cuanto valor aportan los productos y servicios que distribuyes. Puedes hablar y compartir todo aquello que te posiciona en lo que tú quieres. El límite lo pones tú. Si no quieres compartir cosas de tu competencia tampoco es un drama… a mí, personalmente, no me importa.
Y centrarse significa especializarse. Dicen los expertos en RRHH que tendemos a perfiles especialistas. Lo mismo ocurre a nivel empresa o profesional independiente y creo que Internet solo exagera esa necesidad. Con la cantidad de información que corre por Internet es vital que la gente te ubique en un sitio lo más claro posible, ya que no tenemos tanto tiempo para revisar quien eres y a qué te dedicas.
Lo que compartas es lo que configurará tu red de contactos y seguidores. Te seguirán porque les das lo que buscan que, como también decía en el post antes mencionado, cubre su necesidad. Es lo que ya nos decían hace unos años los Kinks: da a la gente lo que quiere.
Os recomiendo estos dos post que hablan sobre esto:
- Fernando de la Rosa (Titonet) en su post sobre Audiencia e Influencia. Vale la pena no solo por los gráficos tan chulos que siempre nos regala.
- Mertxe Pasamontes escribió un post hablando de Visibilidad, Relevancia e Influencia.
¡Que tengáis una feliz semana!