Revista Opinión

La represión nunca será la solución

Publicado el 23 octubre 2017 por Msnoferini

Si hacemos caso a las encuestas más serias y fiables de cuál sería el resultado electoral en caso de unas nuevas elecciones a la Generalitat podremos comprobar que, al margen del trasvase de votos que se pueda producir en los partidos que forman cada uno de los dos bloques en que está posicionada la mayor parte de la sociedad catalana (independentista y constitucionalista), poco o nada va cambiar.

La lamentable forma de actuar del Gobierno del Partido Popular, con el apoyo de los que se hacen llamar socialistas y los leurrouxistas* de Ciudadanos y su estrategia de tierra quemada para intentar frenar el avance del independentismo catalán, lo único que ha conseguido ha sido encender más los ánimos de los catalanes y una reacción colectiva que en muchos casos responde más a la indignación y a un sentimiento nacido del corazón que del razonamiento sobre las consecuencias futuras de todo lo que está pasando.

Ante una consulta ciudadana que podía no ser a interpretación de los constitucionalistas legal, no así legítima, y que no contaba con el apoyo de una buena parte de los catalanes y un casi nulo respaldo internacional se decidió actuar de manera desmesurada y en algunos casos hasta criminal, lo que llevó a mucha gente que no creía en ese “procés” a tomar una actitud beligerante contra quienes han estado intentando menoscabar el derecho del pueblo catalán a decidir en democracia su futuro.

La reacción de los poderes del estado ha sido totalmente insensata pues de no haberle dado importancia alguna a la consulta del 1 de octubre, el haber puesto sobre la mesa la insuficiente participación del electorado en el referéndum y el haber sabido interpretar el gesto que el President de la Generalitat tuvo al dejar en suspenso la proclamación de la República Catalana y no someterla a votación en el Parlament, unido a los datos de las posibles consecuencias para la economía catalana, hubieran podido llevar a que el “procés” acabara muriendo por inanición.

Es probable que si desde el Gobierno del estado se hubiera dado por buena la respuesta de Puigdemon y su misiva sobre si fue o no declarada la independencia, como una prueba inequívoca de que no se había hecho, hasta hubieran podido crear una fractura en el bloque independentista. Lamentablemente algunos estaban ávidos de demostrar que nadie puede poner en riesgo la integridad de la gran España y el resultado es la división y unas consecuencias que no creo que aún nadie sea capaz de cuantificar.

Ahora lo único que sabemos a ciencia cierta es que cada vez hay más gente dispuesta a jugársela apoyando el incierto camino de la independencia, que el estado ha acabado dando por buena la exigencia de aquellos que reclamaban mayor dureza contra “el secesionismo” y que el sentimiento de no querer formar parte de un estado incapaz de reconocer la pluralidad del mismo está muy presente y difícilmente los partidos soberanistas perderán apoyos en unas nuevas elecciones.

MSNoferini

La represión nunca será la solución

*El Partido Republicano Radical de Alejando Lerroux, lejos de lo que cabría esperar por sus siglas, se postuló ideológicamente en el republicanismo moderado y, de esta manera, pudo estar tanto en gobiernos de izquierda como de derecha. No obstante, su desacuerdo con Manuel Azaña respecto a continuar con la alianza de los republicanos y los socialistas hizo que el Partido Radical se aproximara progresivamente a las posiciones de la derecha. Tras su éxito en las elecciones de noviembre de 1933, donde Lerroux fue el segundo candidato más votado con 102 escaños, el Partido Radical pactó con el vencedor de los comicios, la Confederación Española de Derechas Autónomas (CEDA), para formar gobierno. (fuente: ABC)


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