Revista Insólito

La República del Rhin

Publicado el 20 junio 2016 por Monpalentina @FFroi
La República del Rhin
Carlomagno soñó con la restauración del Imperio romano, y consiguió, en su mayor parte, lo que se proponía. Italia y Alemania fueron de su pertenencia. En España intentó su conquista, que no logró. De todos modos, hizo grande a su pueblo, hizo que Francia ensanchase sus límites y asegurase su poder. Pero toda su obra se deshizo a su muerte y por su propia voluntad. El restaurado Imperio volvió a fraccionarse.
Francia ha tenido después del sgundo de los carolingios, momentos de apogeo seguidos de verdaderas ruínas. Napoleón quiso abarcarlo todo, soñó con un Imperio universal dirigido por los hombres de la Galia. Napoleón tenía en su espíritu el imperialismo que dominó a los de su raza, y llegó a ser casi dueño del mundo. El primer fracaso lo tuvo en España, y podemos sostener que fue el comienzo de su desgracia la acción eficacísima de los guerrilleros hispanos que lucharon en la Península. Moscú, la isla de Elba, Waterloo y Santa Elena son recuerdos tristes para el imperialismo. El mejor general francés que vieron los siglos no supo sostener sus conquistas.
Pero Francia no cede, Francia, como si hubiera una fuerza irresistible que le arrastra al abismo, insiste en dominar a Europa. Vio siempre que por su costado oriental había siempre un pueblo que se movía, un pueblo activo y trabajador, un pueblo con afán de engrandecerse, con el legítimo deseo de ascender por la escala de la Cultura. Ese constituía un peligro para la realización de los sueños imperialistas de Francia. Contra Alemania se conjuró. Contra Alemania se alió con cuantos pueblos pudo, y casi todo el mundo quedó unido para luchar contra los germanos.
Francia ganó la guerra, Francia quiere ahora ganar en la paz. Francia trata de ser la primera en el continente. Y para ello, para conquistar ese primer puesto, recurre a todo y recurre a sus pasiones, a sus odios, a sus venganzas. Es que teme, es que tiene miedo a su resurrección alemana. Y porque ha pecado, porque teme, trata de aniquilar a todo el pueblo. Claro está que eso no es fácil; sería el primer caso que se registrara en la historia.
Alemania no puedo pagar lo que se le exige. No importa, dicen los franceses. Con ocupar el Ruhr y los territorios de aquende el Rhin, nos cobraremos con usura. Tratan los franceses de interponer entre ellos y sus adversarios una gran muralla. Quieren preparar la independencia de esos territorios que hoy ocupan, para achicar a la nación alemana. Y así como en el Oriente ha sido creada una nueva Polonia, considerarán que en los confines de Francia y Alemania, puede constituirse la República de el Rhin.
Esas y no otras son las intenciones de los políticos parisinos, que no saben disimular.
Claro Abanades
Diario Palentino
30 de Enero de 1923


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