Hay ciudades emblemáticas vinculadas al movimiento nacionalsocialista como Nüremberg por sus increíbles y espectaculares reuniones multitudinarias en el Campo Zeppelín, pero la más unida a los nazis es sin duda Münich, dónde Hitler se dirigía cada año a su vieja guardia durante el aniversario del putsch que protagonizó del 8 y 9 de noviembre de 1923 y que le llevó a la cárcel, dónde dicto a su lugarteniente Rudolf Hess el Mein Kampf.
Precisamente en la universidad Ludwig-Maximilians de la capital bávara, durante 1941, empezaba a florecer un movimiento de oposición al régimen nazi.
Donde había una política de silencio algunos no callaban.
Alexander Schmorell y Hans Scholl de 22 y 23 años, ambos, como miles de jóvenes alemanes pertenecieron a las Hitlerjugend, escucharon de los soldados heridos las atrocidades cometidas por la tropas alemanas mientras realizaban sus practicas como médicos. Esto los volvió más decididos a luchar contra los nazis.
A ellos se unieron otros estudiantes, como Cristoph Probst, amigo de Schmorell, Willi Graf, Hans Leipelt y Sophie Scholl, la hermana pequeña de Hans, tambien se le unió Kurt Huber, uno de sus profesores de filosofía. Ellos crearon el movimiento de la Rosa Blanca (Die Weisse Rose). Cuando varios de ellos tuvieron que partir al frente pudieron corroborar lo que habían oído.
Durante junio y julio de 1942, los miembros de la Rosa Blanca, empezaron a distribuir sus primeros panfletos antinazis por todo Münich y otras ciudades alemanas, donde advertían de que la guerra en la que se encontraba Alemania y que había provocado Hitler reduciría las ciudades alemanas a escombros o contaban como 300.000 judíos polacos habían sido "asesinados del modo más brutal".
Sus octavillas terminaban pidiendo:
"Por favor, haz todas las copias que puedas de este panfleto y distribúyelas".
Otro de sus métodos era garabatear mensajes del estilo a "Hitler, asesino de masas", "Abajo Hitler" o "Libertad".
La Gestapo no pasó por alto esta clase de resistencia que minaría la moral patriótica de los alemanes e investigaron las octavillas y su procedencia mientras la Rosa Blanca seguía promoviendo la resistencia contra los nazis y denunciando sus crímenes.
Sus panfletos estaban impresos en tinta de te para evitar ser descubiertos. El último de sus pasquines empezaba: "Desde las llamas de Beresina y Stalingrado los muertos nos convocan..."
Solo pudieron crear seis pasquines. Sus actividades duraron poco, el 18 de febrero de 1943, Hans y Sophie Scholl pegaron y repartieron algunas octavillas y las que les quedaban las lanzaron al aire en el hall de la universidad. El ruido que provocó el lanzamiento alertó a un conserje que agarró a Sophie y los guardias de la universidad los arrestaron. La Gestapo se hizo cargo de ellos y durante los interrogatorios asumieron toda la culpa y no delataron a sus compañeros. En el registro de la casa de Sophie encontraron pruebas que inculpaban a Christoph Probst.
Tras un juicio sumarísimo, dirigido por el vulgar y soez juez Ronald Freisler, que no fue más que una farsa judicial, Hans, Sophie y Probst fueron acusados de alta traición y sentenciados a la pena capital por el método de la guillotina, por orden expresa de Freisler.
Con este método fueron decapitadas 2.800 personas contrarias al régimen nazi, entre 1940 y el final de la guerra.
Las investigaciones de la Gestapo llevaron a la detención del resto de los miembros de La Rosa Blanca. Hubo nuevos juicios en abril de 1943 y octubre de 1944, con cuatro condenas a muerte y penas de prisión.
Sus muertes no apagaron su mensaje. La última de sus octavillas llegó hasta Gran Bretaña gracias al mariscal antinazi Helmuth von Moltke, se realizaron miles de copias que fueron lanzadas por la RAF sobre Alemania a finales 1943.
El último de sus pasquines terminaba:
"Nuestro pueblo se alza contra la esclavización de Europa a manos del nacionalsocialismo en una nueva irrupción de libertad y honor"
Para saber más:
La Rosa Blanca, los estudiantes que se alzaron contra Hitler, de José M García Pelegrín
Detectives de la Historia
Curiosidades de la Historia
Holocaust Research Project
BBC
Kurioso