La responsabilidad de los abogados es un espada de Damocles que amenaza la independencia de la profesión.
Responsabilidad de los abogados
en delitos de blanqueo de capitales
En España, la tendencia que tenemos en los últimos años es la de copiar lo peor de cada país y hacer nuevas leyes diciendo cosas como que “queda margen de maniobra”, que “estamos por debajo de la media”, o tonterías por el estilo. Comparativas que no se hacen a la inversa, es decir, cuando estamos atrasados en algo y sería conveniente inspirarse en los demás o directamente copiarles. Cuando es así, no interesa, solo vale la pena mirar hacia el otro lado cuando les conviene a nuestros políticos. Hay veces en las que incluso vamos un poco más allá y nuestras normativas transgreden todas las barreras que otros países ni se han planteado atravesar. En este caso me refiero a la responsabilidad de los abogados cuando sus clientes son acusados de blanqueo de capitales.
No voy a entrar en tecnicismos (que aburren al lector) sobre el asunto de la responsabilidad de los abogados, pero en resumen diré que las obligaciones de prevención a las que la legislación española obliga a estos profesionales, choca de frente con el secreto profesional y con el derecho a la defensa de los clientes. No se puede pretender (aunque evidentemente se está pretendiendo y legislando en ese sentido), que los abogados, directamente denuncien a los clientes que acuden a sus despachos pidiendo consejo de un tipo u otro. Se cargan de un plumazo la figura de “confesor”, que entre otras, tiene el abogado.
Si la ley ampara y defiende continuamente que todo el mundo tiene derecho a la defensa, incluso el asesino más sanguinario, no se entiende que se legisle de manera que se obligue a los abogados a dar el chivatazo cuando hay simples sospechas de blanqueo de capitales. Otra cosa distinta es cuando el abogado pueda ser partícipe activo de ello, pero no cuando alguien entra en su despacho a hacer una consulta “sospechosa”.
Hay una tendencia en esta, nuestra España actual, a criminalizarlo todo, a inventarse nuevos delitos cada día y a elaborar nuevas prohibiciones a tontas y a locas, y si no se pone un freno a esta tendencia, esto pronto parecerá la antigua Rusia, con un poco más de sol.
En esa tendencia a criminalizarlo todo, hay que añadir que un mismo delito preexistente como el blanqueo de capitales, antes era algo mucho más concreto, ahora a cualquier cosa se le llama blanqueo de capitales. Al principio prácticamente solo se consideraba blanqueo de capitales al dinero proveniente de drogas que se introducía en el tejido empresarial de manera irregular para su oficialización. Ahora, todo parece blanqueo. No hace mucho leí un artículo, no recuerdo dónde, en el que se ponía como ejemplo muy gráfico el hecho de que el imputado por el robo del Códice Calixtino también está acusado por ello de blanqueo de capitales. ¿Qué tendrá que ver una cosa con la otra, si ni siquiera se llegó a vender el códice? ¿Qué capital puede haberse blanqueado por el hecho de haber robado el códice? No tiene ningún sentido.
En lo que se refiere a la responsabilidad de los abogados en este tipo de delitos, hay un hecho que llama especialmente la atención, y es el hecho de que en España, directamente se le puede acusar de blanqueo de capitales por el simple hecho de haber percibido honorarios provenientes de clientes acusados de ello; cierto que todavía no parece haber llegado la sangre al río y, al menos yo, no conozco ningún caso que haya acabado en condena formal, pero la interpretación de la legislación apunta hacia ese oscuro lugar.
En ese aspecto, la responsabilidad de los abogados es muy distinta en el resto de países civilizados. En Estados Unidos puede que sea donde la normativa es más dura al respecto, y la única consecuencia que hay para el abogado, es que pueden obligarle a devolver el dinero cobrado (entiendo que solo si hay factura de los honorarios); en el resto de países, al menos los europeos, no existe tal delito para el abogado.
Pero bueno, Spain is different, y aquí se pretende, cada vez más, ampliar la responsabilidad de los abogados y usarlos, a menudo, como chivos expiatorios de los delitos de otra gente. No parece muy coherente, y desde luego yo no estoy en absoluto de acuerdo con este tipo de normativas tan desajustadas y fuera de tono.
Ramón Cerdá
Escrito por Ramón Cerdá en El Blog de Ramon. Si no estás leyendo esto en El Blog de Ramon, el artículo original lo encontrarás aquí …http://elblogderamon.com/la-responsabilidad-de-los-abogados/.
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