Resucitar no resucita el que recién nace o el que no muere! El que nace porque trae consigo felicidad, amor e ilusión. El que no muere, porque ha dado en vida felicidad, amor e ilusión cuanto ha sabido y podido…
Tampoco puede resucitar quien no vive de verdad, es decir quien no ama. Para vivir de verdad, hay que amar de verdad. Y, amando de verdad, uno nunca muere. Porque lo mejor de él queda entre nosotros, porque lo ha compartido en vida todo…incluso su amor.
Tampoco puede resucitar quien no sueña, es decir quien solo sobrevive aceptando la realidad. Quien no sueña, no vive. Quien sueña pero no tiene el valor de convertir sus sueños en realidad, ya está muerto…
Viven para siempre y, por tanto, resucitan cada día quienes comparten el Alma con los demás. Para ellos, que aman de verdad, no existe el tiempo ni la distancia ni tan siquiera la ausencia…