La base fundamental de las indagaciones que aparecen en el libro se ha centrado en el hecho de que existe, siempre ha existido, oculta a ojos de los no iniciados, una ciencia más antigua y tan o más precisa que la ciencia moderna. Dicho conocimiento se remontaría en la historia más allá de civilizaciones como la egipcia o la sumeria y habría pasado de maestros a alumnos dentro de grupos de individuos escogidos, adeptos e iniciados, durante el transcurso de las eras. Grupos místicos como la Orden Rosa Cruz, los Caballeros del Temple, entre otros, habrían heredado parte de dicho conocimiento generando algunos de los mayores misterios de la historia.
Sin embargo, aunque esta ciencia oculta y la ciencia convencional han sido cuidadosamente separadas, algunos de los grandes científicos de todos los tiempos habrían conciliado ambas tradiciones de conocimiento en secreto. Pitágoras, Leonardo da Vinci, Newton, Leibniz, Edison, Tesla o Einstein, son algunos de los nombres destacados de la historia de la ciencia occidental, que han formado parte directa de las enseñanzas secretas o han fundamentado sus ideas en los anales de la “escuela invisible”. Existen evidencias absolutamente innegables de civilizaciones tecnológicamente avanzadas que precedieron y que reconocieron que el lenguaje universal procedente de “la fuente” eran las matemáticas. Dichas civilizaciones codificaron su legado no solo en arte, monumentos y textos antiguos, si no en los propios lenguajes y tradiciones culturales a través de enigmas matemáticos. El testigo que ofrecieron desafiando el paso del tiempo fue que, todo esta conectado y que ello es demostrable desde un punto de vista estrictamente científico.
Este es el argumento del libro “La Revelación de la Unidad” que publica Ediciones Obelisco, que aunque a priori parecería un argumento basado en una novela de ficción, se fundamenta en una investigación concienzuda que ha ayudado a arrojar luz a algunos de los misterios mejor guardados de la historia. Un periplo que ha supuesto una revisión de monumentos, arte, literatura, lenguajes y tradición cultural y religiosa, para descubrir la misma encriptación matemática en las civilizaciones históricas y las grandes culturas más importantes de la historia del mundo.
Según Adrián García Bona, autor del libro.: “Al descubrir el misterio del Arca de la Alianza, se pone de manifiesto que existió un conocimiento científico muy sofisticado en la antigüedad y que se ocultó a través de referencias veladas a la divinidad”.
Un recorrido de revelación que lleva a sitios tan dispares como la Gran Pirámide de Egipto, el Templo de Salomón en Jerusalén o la Meca, y que se fundamenta en la relación entre tres proporciones esenciales para comprender los fenómenos que configuran la realidad.