Norelys Morales Aguilera.- Los que en el “Norte revuelto y brutal que nos desprecia”, destinan millones para el negocio de la contrarrevolución y abren nuevas vías combinadas con las tácticas agresivas, que incluyen el terrorismo, cuentan con narrativas que sustentan sus acciones. De ahí derivan las matrices mediáticas con las que funcionan mercenarios y supuestos medios independientes.
- Las medidas de bloqueo han funcionado debilitando al "régimen"
- Ha llegado la hora de actuar
- El pueblo cubano está cansado y es caldo de cultivo para una rebelión.
- El gobierno revolucionario es ineficaz y causante de los problemas de la población cubana.
- Los trabajadores de la salud cubanos son fuerza de trabajo esclava.
- La represión a los artistas es una norma.
Los que añoran el pasado de una Cuba-garito y represión popular, los que creen a pies juntillas en "primaveras" y "revoluciones de colores" a veces se desesperan, cometen errores y acuden al expediente de la violación de los derechos humanos en Cuba y a la "mala negociación de la administración Obama" con la Isla.
Buscan y buscan caminos trillados. Hallan algún mercenario dispuesto a ser liderzuelo con preparación de personajes como un tal Felipe González a quien nadie ni en la izquierda ni en la derecha cree ya. Gastan en foros, conferencias, talleres y encuestas amañadas para autocomplacerse.
Hasta llegar a los reality Show que se desbaratan con alguna que otra foto y declaraciones fútiles de los exiguos protagonistas
¡Y, nada!
Corriendo el telón de las apariencias mediáticas y de los lobos disfrazados de ovejas, aparece un país de miles y miles empeñados en ganarle la mano a una pandemia de números escalofriantes en el mundo y coletazos en la Isla. Millones afanados en cambios solo dables en Cuba, dispuestos a cambiar lo que deba ser cambiado con un gobierno atento, sensible y decente, preocupado de su población por esencia.
Entonces hallamos una nación de mujeres empoderadas, niños disfrutando de la alegría, de nuevos emprendedores comprometidos con su país, agricultores que innovan, militares que son pueblo, y artistas que destilan la fina creación.
Todos sabedores del acoso y del valor de la resistencia y el avanzar cualesquiera sean las circunstancias, con el escudo de la solidaridad.
Estas son verdades como templos. Son las verdades que sostienen a un Revolución, auténtica como pocas y, que con su verdad se sabe defender y nunca estará inerme.