Acompañar a Zamba durante sus asombrosas aventuras por el Cabildo y la Revolución de Mayo, investigar y jugar con objetos de la época colonial pertenecientes al patrimonio del Museo Histórico Nacional, y seguir algunas de las sugerencias que nos acercan especialistas en Literatura Infantil y Juvenil (LIJ) para todos los gustos y todas las edades y así aprender y divertirse durante la Semana de Mayo.
Se llama José, le dicen Zamba. Vive en Clorinda, provincia de Formosa. Es curioso, quiere conocer todo y su comida favorita es el chipá. Para los festejos de mayo, chicas, chicos (¡y adultos!) aprenden muchísimo y de una forma muy divertida acompañando a Zamba, el niño curioso y el personaje más famoso de Pakapaka, el canal público para las infancias, en sus asombrosas aventuras:
El asombroso acto del 25 de mayo
La excursión al Cabildo
- A partir de objetos, pinturas y grabados pertenecientes a la colección del Museo Histórico Nacional, en su web se encuentran diversas propuestas de actividades de producción y reflexión para los distintos niveles educativos. Las propuestas buscan generar instancias de trabajo y participación para celebrar la Revolución de Mayo en el contexto actual. Al mirar e interactuar con las imágenes de los objetos se puede reflexionar sobre algunas prácticas de la vida cotidiana de la época, y la transformación que significó la Revolución de Mayo para los diferentes sectores sociales.
Dos especialistas en Literatura Infantil y Juvenil (LIJ) realizaron sus recomendaciones para conocer más sobre la Semana de Mayo.
Magalí Jardón, desde Infancias Lectoras, sugiere:- La colección La historia en historieta cuenta, a través de tiras gráficas y viñetas, sucesos de nuestra historia como La Revolución de Mayo. También hay tomos sobre las invasiones inglesas y el cruce de los Andes; y otros dedicados a personajes como Manuel Belgrano, José de San Martín, Juan José Castelli y Bernardo Monteagudo. El historiador Felipe Pigna está a cargo del guión de junto con Luciano Saracino, Esteban D’Aranno y Julio Leiva; y las ilustraciones son de Miguel Scenna y Fabián Mezquita.
- ¡Contemos uno, dos, tres y vayamos a 1810!, la obra de teatro de Adela Basch. Allí, una mazamorrera enseña los secretos de su receta, el sereno informa a los vecinos con su pregón el estado del tiempo, el aguatero va repartiendo agua fresquita por las casas y una lavandera, un poco despistada, confunde la ropa de todos sus clientes. Con esta galería de personajes nos transportamos a la época de la colonia para conocer los oficios y las costumbres.
- La novela El rastro de la canela, de Liliana Bodoc, para chicas y chicos a partir de 11 años. La historia se mezcla con el amor y los enredos para atrapar a todos los lectores.
- Papelitos de nuestra historia, el libro informativo de Liliana Cinetto con ilustraciones de Gabriela Burin que con infografías, coplas, pregones y una revista, logra acercarnos, de manera divertida, al día a día de Buenos Aires en 1810.
Emilia Daru de Mamá con cuentos, también acercó sus recomendaciones para la Semana de Mayo:
- ¡Revolución! 25 de mayo de 1810 Luz, cámara y acción, de Ariel Sevilla. El público está expectante con el anuncio de una nueva película sobre la Revolución de Mayo de 1810. Pero el director aún no comenzó a filmarla y su guión está plagado de errores históricos. Con su asistente, la astuta Melina, investigarán para conocer qué sucedió antes y después de la Revolución, los hechos y personajes más importantes de la Semana de Mayo, la verdad detrás de los grandes mitos, los escenarios de los principales episodios, la vida cotidiana en 1810 para evitar un gran papelón. Este libro pertenece a la colección Historiatón, que cuenta la historia argentina de forma divertida, pero con datos precisos. Cómics, viñetas humorísticas, explicaciones claras, anécdotas y chismes, ilustraciones e imágenes para que familias y docentes descubran y redescubran nuestra historia.
- El secreto del tanque de agua, de María Inés Falconi. Dos hermanos, Lucas y Rocío, están jugando en el techo de la casa de su abuela. Rocío trepa hasta el tanque de agua y cae dentro. Lucas intenta sacarla pero termina cayendo con ella. Un remolino los hunde y una soga los rescata. Los rescatistas son un niño negro y su mamá. Al salir, se dan cuanta que han salido de un aljibe y que, misteriosamente, ¡aparecieron en febrero pero de 1810!
- El fantasma del aljibe, de Laura Ávila. Una novela de misterio, ambientada en mayo de 1810, que cruza la historia de amistad entre Inés y Calixto con romances secretos, conspiraciones y fantasmas. Y Farolero, para los más chicos, que cuenta una historia de superhéroes protagonizada por un niño esclavo, con ilustraciones de Cucho Cuño.
- Hay que estar muy atentos a Chocolate por la noticia que, con títeres y marionetas, cuenta la historia desde las mujeres de la época. Seguramente podamos volver a ver la obra cuando las condiciones sanitarias lo permitan. Juana es una curiosa nena de ocho años que quiere saber cómo participaban las mujeres argentinas en los sucesos de la época de la Revolución de Mayo. Su memoriosa abuela será quien le haga revivir las historias poco conocidas -o descuidadamente olvidadas- de mujeres que, pese a las limitaciones que la sociedad les imponía, llevaron a cabo acciones heroicas y valientes en defensa de sus ideas y de un lugar igualitario en la lucha por la justicia y la libertad.
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