De un estudio acerca de la empatía
Seguramente cualquier vegetariano o cualquier vegano que esté leyendo estas líneas habrá sufrido al menos en alguna ocasión que le tilden de loco o chalado por el simple hecho de ser vegetariano o vegano. Seguramente si no se lo han dicho de frente, lo habrán hecho a sus espaldas. Puesto que ya sabemos que cualquiera que contradiga o se oponga a la norma social predominante será consecuentemente tachado y marginado de enfermo o trastornado, como un intento de desacreditar su postura.
En esta línea de difamación nos encontramos una nota en blog de Eduardo R. Zugasti titulado "La revolución naturalista". Un nombre bastante poco afortunado, puesto que las ideas que se defienden allí tienen poco o nada que ver con el naturalismo sino que más bien lo habitual es ver una encendida defensa del sexismo, de la obediencia ciega a la autoridad, de la represión, de la brutalidad policial, de la tecnocracia, y otra serie de temas más en línea con el movimiento reaccionario, como son el rechazo a la ética de los derechos humanos. Está claro que con semejante postura, el trato que se le puede dar a la idea del veganismo no va a ser muy favorable. Aunque alguien podría no haber previsto esto, teniendo en cuenta que el propio Zugasti ha entrevistado a un teórico sobre el especismo como es Óscar Horta, y ha manifestado una actitud crítica respecto de dicho especismo. Pero lo que está muy claro es que el simple hecho de estar en contra del especismo, o no reconocerlo como legítimo, en modo alguno significa estar a favor de los derechos individuales, como es el caso de Horta, quien tendría en común con Zugasti el rechazo a la ética de derechos [ver la entrevista].
El término reaccionario se refiere a toda aquella corriente ideológica que pretende oponerse al cambio radical de la sociedad en favor de la igualdad, los derechos individuales, y que surge a partir de la Ilustración y la Revolución Francesa para denominar a todos aquellas tendencias que se oponían a los ideales de libertad, igualdad, democracia, y pretendían un retorno forzoso al Antiguo Régimen. Hay diversos tipos de reaccionarismo, pero todos tienen la misma base común en su defensa del elitismo, y de la violencia como forma de gobierno, y su rechazo a la razón. Por eso, entiendo que en consonancia con el contenido ideológico de la nota, se podría llamar al blog mucho más correctamente "La revolución reaccionaria".
La tesis que pretende defender Zugasti es básicamente que existe una relación entre rechazar el consumo de animales y ciertos trastornos mentales. También afirma que no es posible vivir sin comer nada que proceda de animales. La idea que se trata de sugerir es que necesariamente si no quieres comer a otros animales entonces eres alguna clase de enfermo mental. O que si dejas de comer animales vas a enfermar, física y mentalmente.
Acerca de los errores metodológicos del estudio del que se sirve Zugasti, y de la interpretación que hace a partir, de él, se puede leer una crítica en su grupo de Facebook (del cual me ha expulsado por criticar que establezca una relación de causalidad entre el hecho mismo de ser vegetariano y el hecho de tener enfermedades mentales, y después de llamarme "fanático religioso".) en donde se demuestra que el estudio ni siquiera trata sobre veganos, sino solamente sobre algunas personas vegetarianas o que tienen una alimentación predominantemente vegetariana. Por cierto, es algo bastante significativo que Zugasti eliminara hace ya tiempo la posibilidad de comentar en su propio blog, cansado de que otros le estuvieran constantemente replicando y refutando las peregrinas afirmaciones que hacía.
Ahora bien, una cosa que los defectos y fallos de dicho estudio puede enseñarnos es que la psicología no es una ciencia y que está muy lejos de serlo. Lo cual a su vez, me recuerda a la noticia sobre ciertos "estudios" que mostraban que los ateos eran más propensos a ciertos desórdenes mentales (depresión, ansiedad,...) debido a la falta de fe religiosa en sus vidas. Como era de esperar, quienes difunden esta noticia son precisamente aquellos religiosos más opuestos al ateísmo.
Por supuesto, es erróneo decir que los vegetarianos son más propensos a padecer desórdenes mentales de alguna clase. Incluso tomado en serio ese estudio, a pesar de sus evidentes y numerosos defectos, no se aporta ninguna prueba o evidencia que apunte a que exista alguna relación de causalidad entre practicar el vegetarianismo y consecuentemente padecer un trastorno mental. En general, todo el artículo es una enorme falacia desde la primera palabra hasta la última. No es la primera vez que se intenta calificar de locos a los veganos. El magonio Luis Alfonso Lagámez ya lo hizo en un artículo en donde, sin venir a cuento, pretendía juntar en la misma categoría el veganismo con terapias mágicas
Recordemos que hasta hace unas pocas décadas, como consecuencia de la homofobia que todavía sigue existiendo, la homosexualidad estaba mayoritariamente considerada como enfermedad mental, y catalogada como tal por las asociaciones de psiquiatras (que también se las dan de científicos). Y no es nada difícil encontrarte a algunos que todavía defienden ese prejuicio. Es decir, que cualquier idea o práctica que cuestione o se oponga al paradigma predominante será en seguida tachada como locura o como peligrosa por quienes defienden el status quo. Y los hechos que demuestren su racionalidad o su carencia de perjuicio, serán debidamente ignoradas. Aquí estamos viendo un ejemplo de ello.
Por cierto, que en el panfleto de Zugasti se confunde constantemente el vegetarianismo y el veganismo, cuando son dos cosas muy diferentes, incluso opuestas. Algo que por desgracia ocurre muy a menudo. El vegetarianismo es un tipo específico de alimentación que consiste en no comer cadáveres de animales ("carne, pescado") y que puede ser adoptada por diversos motivos. En cambio, el veganismo es una postura ética, contraria a la dominación del ser humano sobre los demás animales. El veganismo en esencia es similar al feminismo en el sentido de que considera que las personas no deben ser tratadas como objetos o meros recursos. El feminismo se aplica específicamente a quienes no son hombres (las mujeres), y el veganismo se aplica específicamente a quienes no son humanos - los otros animales sintientes. Pero ambos se definen por su oposición a la explotación del grupo dominante sobre quienes no pertenecen a él en base a alguna característica irrelevante (sexo, especie) que no afecta al hecho mismo de ser persona, es decir, de poseer la capacidad de sentir (experimentar sensaciones, tener voluntad e intereses propios).
Dice Zugasti que no ha existido ninguna cultura en la evolución humana que haya sido vegana, aunque él mismo cita a la India en donde el vegetarianismo (especialmente en las regiones del sur) es la norma social predominante. El problema de fondo es que no ha habido ninguna cultura humana en donde no haya existido la violencia en alguna de sus formas. ¿Eso significa que está bien que basemos nuestra propia cultura en la violencia? A pesar de que el canibalismo humano no es algo precisamente raro, si los humanos no siempre se comen entre ellos puede simplemente ser debido a que se necesitan para otras funciones sociales para las cuales no pueden asociarse o emplear a otros animales.
Sobre si el hecho de no consumir ninguna sustancia de origen animal resulta perjudicial para la salud, ya existen estudios realizados y avalados por asociaciones de nutricionistas que demuestran que aplicar el principio del veganismo es la alimentación no implica ningún tipo de daño a la salud (más bien lo contrario - puede ser algo muy saludable, siempre que se haga con un mínimo de responsabilidad) pero convenientemente son ignorados. A la luz de las pruebas, negar que uno puede ser vegano y estar bien de salud es un tipo de sesgo cognitivo y un negacionismo (negar determinadas evidencias sólo porque refutan los prejuicios propios). No es necesario usar a otros animales para poder vivir. Sólo es necesario hacerlo si queremos seguir manteniendo la opresión del ser humano sobre los demás animales. De esto es de lo que realmente trata el asunto.
Ciertamente, si alguien adopta el veganismo es normal que, como mínimo, se sienta mal al ver como los demás continúan participando en la esclavitud y matanza de millones de animales inocentes. Eso no significa que ser vegano te conduzca a la depresión o el trastorno mental (ni viceversa). Pero estar rodeado constantemente de presiones y consecuencias del especismo y la explotación animal, pueden especialemente afectar a personas con una acusada sensibilidad y empatía. Imaginemos que alguien no-racista tuviera que vivir en una fanática sociedad racista en donde se usaran a otros humanos para comida y otros fines, sólo por no pertenecer a la raza dominante, del mismo modo que hacemos con otros animales (por no pertener a la especie predominante).
Por otra parte, uno se podría preguntar legítimamente si hay personas que mantienen el especismo por algún tipo de desorden mental. Es decir, quien continúa participando en la explotación animal aun siendo consciente de que significa participar directamente en la esclavitud, el sufrimiento y la muerte de millones de animales inocentes, demuestra una falta de empatía bastante acusada. Del mismo modo que cuando alguien participa en el canibalismo se le suele acusar poco menos de psicópata, por carecer de esa empatía básica que casi todos tenemos por naturaleza. Quizás haya tantas personas que se intentan auto-convencer de que no es posible vivir sin usar a otros animales como comida para no sentirse mal por el hecho de seguir haciendo algo que en el fondo saben que está mal (o ahorrarse el esfuerzo de cambiar de hábitos) y que no quisieran que nadie les hiciera a ellos mismos.
Sea lo que sea en definitiva, podemos ver que según vaya creciendo el número de veganos y la difusión del veganismo, al mismo tiempo irán creciendo también las difamaciones y los ataques de toda clase contra un movimiento que pretende cuestionar el paradigma de que los demás animales existen para estar a nuestro servicio y no hay nada malo en discriminarles de nuestra consideración moral, porque los humanos somo superiores.
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Aunque en esta nota estoy respondiendo a la difamación de que los vegetarianos son trastornados mentales (o que quienes practican el vegetarianismo tienen alguna relación con enfermerades mentales) no pretendo hacer una defensa del vegetarianismo. El vegetarianismo es un error. Porque la única opción que respeta justamente a los demás animales es el veganismo.
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