Revista Política

La revuelta contra la policía intensifica y reclama un cambio de régimen en Nigeria

Por El_situacionista

Foto de Nengi Nelson | Lagos, Nigeria | unsplash.com

Foto de Nengi Nelson | Lagos, Nigeria | unsplash.com


¿En qué momento estallan las revoluciones? ¿Cuál es la chispa que hace que aquellas personas que han sido sometidas durante tanto tiempo terminen para decir basta ante las injusticias? Esta fue la gran pregunta a raíz de las protestas y movilizaciones globales en 2011, las que también tuvieron un gran impacto en el África subsahariana que todavía llega hasta hoy. En Nigeria, el país más poblado de la región, esta chispa se convirtió en un incendio que amenaza con llevarse el régimen político actual. O, al menos, cambiar la manera en como los nigerianos y nigerianas se relacionan con su sistema político.

El 3 de octubre, una cuenta de Twitter narraba la muerte de un joven en la ciudad de Ughelli a manos de tropas del Escuadrón Especial antirrobo (SARS, por sus siglas en inglés), un comando policial que ha sobrevivido a cambios de régimen y reformas varias, y que ha sido frecuentemente acusado de violar, acosar, robar y asesinar con total impunidad durante años. Aunque no se pudo confirmar el homicidio por fuentes independientes, las redes sociales nigerianas comenzaron a llenarse de cientos de relatos de los crímenes del SARS, y se puso en marcha la transformación del movimiento virtual al presencial a partir de la etiqueta # EndSARS.

En ese momento, a comienzos de Octubre, más de cien ciudades de todo el país fueron escenario de manifestaciones donde se exigía la disolución de este escuadrón policial. Las más multitudinarias, en Lagos, pero también en la capital del país, Abuja. Al norte, al sur, al este y al oeste de todo el país, independientemente de pertenecer a una religión o etnia concreta, la población clamó la misma reivindicación: el desmantelamiento del SARS.

La respuesta institucional también fue unánime y en forma de represión. Se cuentan por cientos las muertes causadas por la policía, así como una larga lista de detenciones. Una semana después, el 11 de octubre, y ante la convulsión social, el gobierno del presidente Buhari aceptó  la disolución del SARS y su sustitución por otro escuadrón del cuerpo policial, el Equipo con Armamento y Técnicas Especiales (SWAT en inglés , unas siglas exportadas de Estados Unidos). Pero con esto no fue suficiente para detener las manifestaciones de una revuelta que ha mutado y reclama el fin de la represión policial en todo el país.

Movilizaciones innovadoras

Al igual que las protestas de 2011, las manifestaciones de estos días en las ciudades de Nigeria han proporcionado imágenes poco habituales. Campamentos, unión de colectivos diferentes, organización popular de la resistencia cívica... El # EndSARS ha traído una nueva cultura política de la protesta, en palabras de la socióloga Damiola Agbalajobi, de la Universidad de Obafemi Awolowo.

La principal exigencia de las movilizaciones era evidente: la erradicación del ejército policial del SARS. Pero a medida que crecía la fortaleza del movimiento, éste desplegó un programa de cinco puntos consistente en la liberación de las personas detenidas, la investigación de los crímenes cometidos por los agentes policiales, la reparación a las víctimas, la evaluación psicológica de los miembros del SARS y, por último, la no poco sorprendente subida de salarios a los policías, ya que se estima que los bajos sueldos los lleva a prácticas corruptas y de abuso a fin de sobrevivir.

Éstas, sin embargo, no han sido las primeras protestas contra la represión policial en Nigeria. Hace poco más de cuatro años ya se organizaron una serie de manifestaciones que acabaron con un lavado de cara del SARS. La diferencia es que ahora, en 2020, se han dado otras circunstancias, endógenas y exógenas al movimiento, que la han diferenciado y han hecho que no tengan ningún referente pasado en que fijarse.

Protesta transversal

Los relatos de quienes se manifiestan son primordialmente de solidaridad y de empatía. La represión del SARS se extendía por muchos lugares de la sociedad nigeriana. Su forma de actuar -extorsionando en plena calle, de incógnito y eligiendo sus víctimas entre un amplio espectro- ha hecho que la voluntad de eliminarlo haya unido numerosos colectivos y personas que habitualmente no comparten causas comunes, pero que se sienten víctimas.

Quizá por eso el movimiento ha encontrado un fuerte financiación externa -ha conseguido más de 200.000 dólares en microdonaciones. El dinero se ha puesto al servicio de las protestas: se han comprado comida y bebidas, pero también se ha movilizado apoyo legal para las detenidas y los servicios médicos. Se han generado puestos de trabajo con la protesta al tiempo que se protege a la población más vulnerable.

Entre los colectivos protagonistas destacan tres por encima de todos. Por un lado, la Coalición Feminista ha hecho presentes las mujeres en las movilizaciones. Era frecuente que agentes del SARS violaran mujeres impunemente y es por eso que muchas mujeres nigerianas participan activamente en las protestas. Han protagonizado imágenes icónicas como la del activista Aisha Yesufu, que, llevando hijab, levantaba el puño en medio de una marcha a comienzos de Octubre. Esta activista nigeriana, proveniente de las luchas feministas, ya había tenido un papel destacado en el marco de la campaña "Bring back our girls" para presionar al gobierno y obligarle a perseguir el secuestro de 200 niñas por parte de la banda criminal Boko Haram.

También el movimiento LGTBQ + goza de un especial e inesperado protagonismo. Nigeria tiene unas leyes abiertamente homófobas que han sido usadas por los agentes del SARS para extorsionar a las personas homosexuales. La comunidad LGTBQ + se ha sumado en igualdad a las protestas y la bandera del movimiento ha ondeado en las multitudinarias manifestaciones.

El presente es la juventud

Pero son las personas jóvenes las que más presencia y liderazgo están teniendo en las protestas. Se da la circunstancia de que las universidades del país se encuentran clausuradas debido a una huelga del profesorado que reivindica la mejora de las condiciones de trabajo. Esto ha permitido que muchas universitarias estuvieran en sus hogares y tengan ahora la oportunidad de incorporarse al movimiento.

Hay que tener en cuenta que aproximadamente el 70% de la población de Nigeria tiene menos de treinta años. Se trata de la única generación que ha vivido siempre en el actual régimen democrático, que no ha sufrido una dictadura. Es por eso que ve la policía con el deseo de convertirla en un servicio público, y no en una herramienta de represión al servicio de las élites. Además, durante años, ha sido uno de los objetivos habituales de los agentes del SARS.

La fuerza de este movimiento pertenece a la juventud. Son las personas jóvenes las que están consiguiendo transformar el movimiento en una revisión del régimen democrático. El 69% de la población está a favor del sistema democrático, según Afrobarometer, una adscripción a esta forma de gobernar que no siempre ha sido así en el país y que está por encima de la media de la región, a pesar de la criticada gestión del gobierno de Buhari.

La juventud de Nigeria está apostando con fuerza por la mejora del sistema democrático; es por ello que ha conseguido transformar la protesta por una reforma policial en una enmienda al régimen que se traduzca en mejoras reales en las condiciones de vida de las personas. Un grito que ha sido sentido más allá de las fronteras nacionales y ha obligado Guterres, Borrell o el propio Biden a posicionarse en favor de las manifestaciones. Y, aún más importante, han encontrado réplica en otros países africanos y otros movimientos sociales de la región, con manifestaciones de solidaridad en Ghana y Senegal, demostrando, una vez más, que es posible que el pasado de los pueblos africanos haya sido diferente, pero que es seguro que su futuro, si quieren tener, debe ser común.

Este artículo se publicó originalmente en catalán, en el número 515 de La Directa. La traducción es de Fernando Díaz. 


Volver a la Portada de Logo Paperblog