Hace unos meses, publicamos en este blog una serie de ocho videos correspondientes al curso «La riqueza del Padrenuestro», de Claudia Morales Cueto, basado en el libro teresiano Camino de Perfección (capítulos 27-34). Ahora vamos a presentar la serie restante de videos del mismo curso (capítulos, 35-42) que comprende seis sesiones, y que concluyó el pasado mes de diciembre de 2021. Agradecemos a Claudia Morales su compromiso en la elaboración de este rico material que pone generosamente a disposición de todos.
9. Es tan amigo de amigos
En el capítulo 35 de Camino de Perfección, santa Teresa aconseja cómo orar con recogimiento después de la comunión y comparte el sufrimiento que le causa que se maltrate a Jesús Sacramentado. Teresa compara a Dios con el fuego, que ilumina y da calor. Solo podemos recibir el calor del fuego si nos acercamos y estamos dispuestos a recibirlo.
10. Orar es perdonar
En el capítulo 36 de Camino de perfección, santa Teresa explica cómo Jesús une el perdón que recibimos de Dios Padre a tener un corazón generoso para perdonar a los hermanos. Jesús valora la vida en comunidad y en todas las relaciones humanas es necesario el perdón.
11. Una oración para todos
En el capítulo 37 de Camino de perfección, santa Teresa expresa su admiración por el hecho de que en una oración tan breve pueda resumirse todo lo que podemos pedir. También nos recuerda que Jesús es nuestro Maestro y es amigo de la verdad.
12. La dinámica de la virtud
Para evitar caer en tentación, santa Teresa recomienda cuidarse de los peligros disfrazados y recordar que todo el bien y virtud viene de Dios.
13. Amor y temor
El descubrirnos amados por Dios y darnos cuenta de que podemos amar cada vez más nos anima a seguir a Jesús. El temor de Dios nos ayuda a ser prudentes para no tropezar. “El amor nos hará apresurar los pasos; el temor nos irá ir mirando adónde ponemos los pies para no caer por camino adonde hay tanto que tropezar” (C40,1).
14. Líbranos del mal
La última petición del Padrenuestro es «líbranos del mal». Mientras esté en esta tierra, el caminante espiritual puede avanzar hacia Dios o desviarse del camino, pero cada día, cada jornada, es una oportunidad de estar más cerca de Dios o de alejarse: todo pasa, todo cambia, excepto Dios.