Revista Opinión

La Riverización de Sánchez y los aplausos de la ironía

Publicado el 02 marzo 2016 por Polikracia @polikracia
Ayer fue un día histórico. Por primera vez en España, el candidato del segundo partido más votado (5,5 millones) se sometía a una sesión de investidura. Pedro Sánchez escogió para tal ocasión un discurso que, aunque destinado a caer en saco roto, era un guiño a los partidos de izquierda.

No obstante, pese a que el contenido era moderado y fácilmente asumible por Iglesias o por Garzón, el candidato del PSOE adoptó la retórica de Rivera y el eslogan de 'cambio y consenso' que éste proclamaba durante la campaña electoral. Quizás no fue un discurso digno de pasar a la historia por su contenido, pero sí por su contexto. [ Aquí podéis ver el discurso completo del líder socialista]

CONTENIDO DEL DISCURSO

Existen tres ejes del discurso de Pedro Sánchez que llaman poderosamente la atención y que resumen el contenido de una hora y 36 minutos frente a la Cámara. Tres ejes que definen la estrategia de Sánchez y lo sitúan en la moderación y la socialdemocracia, a la vez que dejan vislumbrar sus propias debilidades:

ero, ¿a qué se debe la elección de este enfoque? Pedro Sánchez ve imposible la abstención del Partido Popular, por lo que su única esperanza consiste en lograr que la parte progresista de la Cámara le dé, finalmente, una oportunidad: 1) Un discurso claramente inclinado hacia la izquierda. La retahíla de medidas sociales para reconstruir el Estado de Bienestar, combatir la pobreza energética o eliminar la desigualdad laboral constituyen un plan de gobierno al que podrían adherirse, en principio, el resto de partidos de izquierda p "Hasta la peor medida acordada por el PSOE y Ciudadanos es mejor que mantener a Rajoy".

El objetivo de Sánchez no es otro que el de conseguir (antes del 2 de mayo) que Izquierda Unida y Compromís venzan sus reticencias a Ciudadanos y acepten apoyarle. En caso de que esto sucediera, sería más factible que Podemos se plantease la abstención. De ahí que el discurso de ayer fuera claramente un discurso de Izquierdas:

  • "Quiero comprometerme ante esta Cámara con algunas de aquellas peticiones [...] financiación suficiente de la Ley de Dependencia [...] paralización de la LOMCE."
  • "Tres compromisos: el primero de ellos consiste en un cambio de modelo de crecimiento basado en la innovación y la mejora de la productividad. Un modelo que nos permita competir, no haciendo las cosas más baratas, sino haciéndolas mejor, con más valor añadido".
  • "Un Plan de Emergencia Social que establece una serie de medidas como el reconocimiento de un Ingreso Mínimo Vital para atender la situación de necesidad de los 750.000 hogares que carecen de todo ingreso económico, así como el incremento de la prestación por hijo a cargo, y la extensión de su duración con objeto de combatir de forma eficaz la pobreza infantil. Para reducir el fenómeno de la pobreza laboral pondremos en marcha el Complemento Salarial Garantizado, y subiremos el Salario Mínimo para recuperar el poder adquisitivo perdido durante estos últimos cuatro años."

2) Pedro Sánchez ha sufrido un proceso de Riverización. De repente, en el discurso más importante de su vida política hasta el momento, Pedro decidió emplear un framing en positivo, utilizando expresiones como "¿Por qué no nos unimos para hacer un Gobierno del cambio?" "¿Por qué no votamos juntos a favor de todo en lo que estamos de acuerdo?" "En cuanto a las pensiones y su sostenibilidad es fundamental restablecer el consenso".

En concreto, pronunció el término "acuerdo" en 51 ocasiones, y la palabra "diálogo" 28 veces. De esta forma, Sánchez invitaba al consenso del resto de fuerzas políticas siguiendo la estrategia electoral que ha caracterizado a Albert Rivera desde los pasados comicios (e incluso antes de ellos). Podría decirse que ha intentado emular ese espíritu de la Transición que en los últimos meses ha vuelto a sobrevolar el Parlamento; y lo ha hecho a través de un nuevo término político: el "mestizaje ideológico".

El culmen de este proceso de fusión política entre Sánchez y Rivera fue el agradecimiento público que Pedro brindó a Albert: "A su presidente, el Sr. Rivera, le doy públicamente las gracias por su valentía y coraje". Ante esta muestra de cortesía, Pablo Iglesias e Íñigo Errejón - que no habían aplaudido en ninguna otra ocasión - dedicaron un irónico aplauso hacia las palabras de Sánchez.

Tras el final del discurso y ante la pregunta de los medios sobre el aplauso espontáneo, Íñigo Errejón confirmó lo que todos intuíamos: "Ha sido un gesto irónico, hay situaciones que, aunque no nos gusten nada, es mejor tomarse con humor. El señor Sánchez se ha tirado toda la campaña diciendo que Ciudadanos era la muleta del Partido Popular..."

Por su parte, la reacción del Partido Popular tampoco se hizo esperar demasiado. Fernando Martínez-Maíllo se expresaba así en Twitter:

3) El descuido de las diputaciones. A muchos les ha extrañado que "casualmente" Sánchez no mencionase la supresión de las diputaciones; medida acordada con Ciudadanos y que estaba perfectamente prevista en su discurso (página 30):

"Creación de Consejos provinciales de alcaldes, en sustitución de las viejas Diputaciones".

Es posible que Sánchez, en un acto reflejo, o de forma prevista minutos antes del Pleno, decidiese pasar de puntillas por un tema que acarrea problemas en el seno de su propio partido. Hay que tener en cuenta que el PSOE acumula poder en varias zonas de España gracias a estos organismos provinciales elegidos de manera indirecta, y que otorgan el manejo de importantes fondos públicos. En la actualidad el partido de Sánchez ostenta el poder en 17 provincias, la mayoría de ellas en Andalucía y Castilla-La Mancha. Razón por la cual resulta difícil que Pedro cuente con el apoyo del 100% de sus barones, y no es este el mejor momento para demostrar desunión.

Al terminar el discurso, Óscar López (portavoz del PSOE) respondió sobre este "olvido" a los medios afirmando que, aunque no había tenido ocasión de hablar todavía con Pedro Sánchez, "el tema de las diputaciones viene muy bien recogido en el acuerdo firmado con Ciudadanos". No obstante, parece que los medios (y las redes sociales) han querido ver una doble intención en el descuido de Sánchez más allá de un despiste.

FORMA DEL DISCURSO

El discurso ha tenido luces y sombras desde el punto de vista retórico. En lo negativo ha sido un discurso desordenado, quizá Sánchez podía haber estructurado mejor sus propuestas, y el hecho de que el orador tenga que recurrir permanentemente a la lectura del speech da una imagen menos imponente y de mayor inseguridad.

Por otro lado, aunque es totalmente comprensible que un discurso de una hora y 36 minutos requiera de un guion, hay que reconocer que con una buena preparación se puede sustituir el texto íntegro por un esquema con los puntos clave que dé más espacio a la naturalidad del orador. La periodista de Cuatro Marta Fernández era una de las que se quejaba de ello en las redes sociales:

La Riverización de Sánchez y los aplausos de la ironía

Como aspecto positivo hay que decir que ha sido un discurso contundente, con propuestas concretas, al menos, todo lo concretas que permite la estrategia. Además, la concreción ha ido fusionada con momentos de pausa e interpelación directa que daban viveza al mensaje:

"Vamos a hablar claro. A muchos votantes socialistas nada les gustaría más que un Gobierno que aglutinara a las principales fuerzas de izquierda..."

Por otro lado, Sánchez abusó demasiado de la muletilla "señorías". Un término que no venía recogido en el texto original la infinidad de veces que la utiliza el líder del PSOE. Sin embargo, en este contexto, el uso de la muletilla no queda excesivamente vulgar, pues puede interpretarse como un elemento de conexión permanente entre emisor y receptores. No obstante, esta no fue la única palabra que se repitió durante el discurso. Pedro Sánchez hizo especial hincapié en otras como "gobierno", "cambio" o "acuerdo", tal y como recoge

Por último, el hecho más notable en cuanto al continente del discurso de Sánchez es el uso de la frase: " y todo esto se podría poner en marcha la próxima semana ". Una frase que marca un framing claramente positivo en el que sitúa la pelota en el tejado de todas las fuerzas que se oponen a su presidencia. La repetición de una frase carismática produce un "efecto memoria" en el receptor que es capaz de captar el mensaje de manera más eficaz; aunque al mismo tiempo es un arma de doble filo pues puede resultar demasiado cargante.

REDES SOCIALES

Si la Transición fue la época de los "Parlamentos de Papel", ahora es el turno de los "Parlamentos digitales". Muchos diputados son capaces de tuitear a la vez que escuchar al candidato a la presidencia del gobierno, y no renuncian a compartir los highlights del discurso en las redes sociales. No obstante, algunos partidos en concreto habían fijado la línea de esos tuits antes de que comenzara el discurso. Véase el caso del Partido Popular, que mantuvo una campaña de redes durante toda la intervención de Sánchez destinada a recalcar su #NOaPedroSánchez.

La Riverización de Sánchez y los aplausos de la ironíaLa Riverización de Sánchez y los aplausos de la ironía

A su vez, Mariano Rajoy (en realidad, su Community Manager) utilizó Twitter para recalcar que su postura y la de su partido es la misma:

La Riverización de Sánchez y los aplausos de la ironía

Observando la repercusión del debate en las redes sociales, queda patente que Pedro Sánchez no era el único que tenía la palabra ayer. Por su parte, el Partido Socialista también aprovechó las redes sociales para remarcar los mensajes del discurso de su candidato :

La Riverización de Sánchez y los aplausos de la ironíaLa Riverización de Sánchez y los aplausos de la ironía

Sin embargo, lo más interesante del uso que se hizo ayer de las redes sociales no es lo que contaron los partidos políticos a través de ellas, sino el interés mostrado por los ciudadanos y los ya famosos y cotidianos TT.

Estos eran los Trending Topics que encontrábamos ayer a las 17:15 (a los 45 min de iniciar el discurso) y a las 17:45 horas (a la hora y cuarto):

La Riverización de Sánchez y los aplausos de la ironía

Como vemos, el único TT relacionado con el discurso de Sánchez era #SesionDeInvestidura. Durante los primeros minutos de la retransmisión también el HT #Pdro estuvo circulando pero enseguida se cayó para dar entrada a #LenaDunham, la actriz que revolucionó ayer las redes denunciando el uso de photoshop en las revistas de moda.

A las 18.00 y 18.11 horas, minutos finales del discurso de Pedro Sánchez, los temas de actualidad eran los siguientes:

La Riverización de Sánchez y los aplausos de la ironía

En primer lugar, es llamativo que el seguimiento a través de redes sociales del discurso no fuera mayoritario. De hecho, el HT #hervipdero del programa de Telecinco "Sálvame" se mantuvo fuerte durante toda la tarde.

No obstante, hay que reconocer que lo que más sorprende es que los Hastags propuestos por las diferentes cadenas de televisión que retransmitían el debate no llegaron a alcanzar la categoría de Trending Topic (como sí sucedió durante los debates a cuatro y a dos de Atresmedia y TVE el pasado mes de diciembre): #InvestiduraMVT (LaSexta), #TomaInvestidura (Cuatro), #AN3Investidura (Antena3).

La conclusión que podemos extraer de todo esto es que el seguimiento por parte de los ciudadanos no ha sido masivo, lo que demuestra un cierto hartazgo de una investidura condenada a fracasar.

Por su parte, algunos de los ilustres invitados a la tribuna del Congreso parecían indiferentes a las palabras en vivo y en directo que estaban escuchando. Nunca una imagen dijo tanto.

La Riverización de Sánchez y los aplausos de la ironíaCONCLUSIONES

Si algo quedó claro tras el discurso de Investidura del 1 de marzo es que Sánchez ha moderado su discurso abandonando esa absurda prepotencia e integrando el enfoque de consenso que preconiza Albert Rivera. La mejor prueba de ello es el saludo entre ambos al final de la sesión.

No obstante, hay que tener claro que a partir de este momento cada uno compite por sus propios intereses, aunque en este caso, se trata de intereses paralelos y no cruzados. Rivera intentará desplazar al Partido Popular a la derecha para afianzarse en el centro-derecha y Sánchez hará lo propio con Podemos.

Por último, no hay lugar a dudas de que el poder de las redes sociales ha vuelto a reafirmarse. En el mundo virtual en el que vivimos es cada vez más habitual que se desarrollen debates paralelos que propician un mayor espacio a la naturalidad que en el Parlamento. No obstante, Twitter es todavía un termómetro imperfecto para conocer la posición de la opinión pública, y más específicamente el grado de interés que suscita un acontecimiento.

En cualquiera de los casos, en lo que todos podemos estar de acuerdo es en que la investidura de Pedro Sánchez de ayer había perdido todo el interés (incluso antes de comenzar) para una gran parte de la población. Quizás, el hecho de que los "síes" y los "noes" ya estuvieran predeterminados sea un elemento que no ayuda ni a suscitar el interés de la gente ni a dotar de sentido al que debería ser el corazón de nuestra sistema democrático, el debate parlamentario.

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