Por Hogaradas
La Rosa Mosqueta es un arbusto silvestre de ramas delgadas y llenas de espinas, cuyas flores blancas y rosadas, al caerles los pétalos desarrollan un fruto rojizo en forma ovalada repleto de semillas de las que se extrae el aceite que lleva su nombre, considerado hoy en día como uno de los regeneradores dérmicos más poderosos que existen.
Está comprobado científicamente que la aplicación continuada del aceite de Rosa Mosqueta atenúa cicatrices, tanto las debidas a cirugías como las quemaduras y otras afecciones que provocan el envejecimiento de la piel, además de contribuir también de manera eficaz a rejuvenecer la misma.
Su utilización es tan sencilla como lavar la zona que queramos tratar, en el caso por ejemplo de que busquemos eliminar una cicatriz, y aplicar el aceite, dejándolo actuar durante unos 15 minutos, pasados los cuales eliminaremos el exceso de aceite utilizando un papel absorbente.
En el caso de las mujeres embarazadas, se recomienda aplicarlo durante los tres últimos meses de gestación sobre pechos y abdomen por medio de suaves masajes, para prevenir así la aparición de las antiestéticas estrías.
También es un gran aliado para conseguir que nuestra piel se mantenga firme y tersa, debido a su gran capacidad para revigorizar el fibroblasto, célula dérmica productora de colágeno, elastina y ácido hialurónico.