Revista Cultura y Ocio

La rubia de ojos negros. Benjamin Black

Por Mientrasleo @MientrasleoS

La rubia de ojos negros. Benjamin Black
     "Era martes, una de esas tardes de verano en que la Tierra parece haberse detenido. El teléfono, sobre la mesa de mi despacho, tenía aspecto de sentirse observado. Por la ventana polvorienta de la oficina se veía un lento reguero de coches y a un puñado de buenos ciudadanos de nuestra encantadora ciudad, la mayoría hombres con sombrero, que deambulaban sin rumbo por la acera. Me fijé en una mujer que, en la esquina de Cahuenga y Hollywood, aguardaba a que cambiara la luz del semáforo."
     Un puñado de palabras le bastan para conseguir situarnos, ambientarnos y que deseemos ver a Marlowe otra vez. Era imposible resistirse y saber si merecía la pena o si era otro de esos intentos por recuperar libros de éxito por parte de autores actuales. Por eso, hoy traigo a mi estantería virtual La rubia de ojos negros.
     A Philip Marlowe ya lo conocemos, solitario, inquiero... y esta vez se le cruza como clienta una joven más que hermosa llamada Clare Cavendish, además de una rica heredera. ¿El encargo? encontrar a su antiguo amante, al que ha visto de pasada cuando éste había muerto atropellado. Así que Marlowe, bajo la mirada de esta bella rubia de ojos negros, se dispondrá a investigar.
      Me cuesta entender esta moda de continuar historias, o hacer secuelas, o resucitar personajes, o como quieran llamarlo. Picotee con La muerte llega a Pemberley y también con el último Holmes, movida sobre todo por la curiosidad. Y en este caso he mirado el libro con cierta desconfianza. No por nada, el autor me gusta, pero era Marlowe. Y si lo pienso elegir a John Banville, que ya se había desdoblado en Benajmin Black para ser Chandler, no era tan mala idea. Pero vamos con el libro.
     La historia rezuma años cincuenta y Black es impecable en su ambientación. El caso es interesante, una hermosa mujer cae rendida a un Marlowe solitario y la trama se complica dejando un rastro con el inconfundible olor a novela negra que tanto nos gusta. Peleas, cine, pubs y muertos con guiños a obras pasadas de Chandler terminan de componer una historia de la que se disfruta página a página mientras descubrimos a quien es quien en esta novela y, sobre todo, qué ha pasado con Nico Petersen. Pero... y era imposible saltarse el "pero", Marlowe es distinto a nuestro detective de siempre. Supongo que en estos casos los autores tienen que optar por no salirse del camino o por dejar su propio sello personal, y está clara la opción de Black cuando nos deja a un Marlowe que sigue siendo solitario, y sigue haciéndonos sonreír con alguna de sus respuestas, pero que nos da la sensación de abrirse perdiendo una parte de esa esencia de tipo duro que, personalmente, tanto me gustaba.
    Iría situado justo después de El largo adiós, aunque podemos leerlo de forma independiente, y considero que su lectura se disfrutaría mucho más habiendo leído este título pese a que no es un requisito imprescindible. Black nos muestra a un Marlowe que reconocemos, pero que tiene sus diferencias con el original, en un libro que merece la pena ser descubierto. en este libro una rubia cree ver a un hombre que había muerto... y los lectores podremos hacer justo eso con un detective que creíamos ya desaparecido y que es uno de los grandes del género.
     Y vosotros, ¿qué opináis de esta moda de resucitar clásicos?
     Gracias

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