Resulta sangrante leer que mientras nos dicen que el PIB ya crece a un ritmo más alto que la media de Europa y que cada vez tenemos más trabajo (aunque no nos digan las condiciones de ese trabajo propio de los campos de algodón). El número de hogares en este país que están “a dos velas” no para de aumentar. Según la EPA, ya son más de 770.000 hogares (una barbaridad) en los que no entra ni un clavo al mes, ni pensión, ni sueldo, ni subsidio… nada.
Lo peor de todo es la naturalidad con la que estamos aceptando esta tragedia. Parece que tengamos asumido eso de que nuestros vecinos (o puede que mañana nosotros mismos), mueran de hambre. Empezando por el partido en el gobierno que encima de no ver esa realidad se cuelga medallas diciendo que su gestión nos está sacando de pobres mientras es eso justamente lo que producen a velocidades propias de una cadena de montaje, pobres. Igual conlo de la recuperación se refieren a ellos mismos porque me parece que los que, cada vez más, sufren los efectos secundarios tan horrorosos como la exclusión invisible no opinan lo mismo.
Desde que comenzó esta catástrofe inducida a la que no llamamos crisis. El número de ricos no para de crecer en España, pero también lo hace el de aquellos que ya sólo pueden recurrir a la beneficencia. La situación es paradójica, mientras cada vez más gente queda excluida y sin recursos, la misma política, en la otra orilla, engorda a los ricos. Es como si la desigualdad no fuese accidental sino que la consecuencia de una política que está creando, no se yo si hasta intencionalmente, dos mundos cada vez más separados entre sí, cada vez más distantes, más radicalizados.
La radicalización de dos sociedades distintas en la que una, la de “La buena estirpe” mariana, pretende controlar a la otra puede que sea la causa oculta de las bárbaras leyes con que nos están atizando, ya no tengo claro si nos temen o nos odian. Este gobierno se empeña en sacar adelante usando el mazo de su mayoría absoluta unas leyes que no comparte nadie más y que sabemos que se derogarán cuando se marchen (si lo hacen alguna vez). Como ejemplo, por decir algo, la prisión permanente revisable (especie de cadena perpétua para los mundanos), la ley de seguridad ciudadana (Alias mordaza) que posibilita multas que arruinan a alguien por dos vidas sin que siquiera el juez pueda decir ni pio…(poned en la línea de puntos la que queráis y que os toque la moral)
Eso me lleva a pensar algo terrorífico. Si cada vez estamos más seguros de que la violencia no es el camino y no somos violentos. Entonces, ¿A qué teme esta gente?¿Porqué nos quieren atizar y someter a base de leyes duras y miseria? Al final me voy a volver conspiranóico y pensaré que todo esto es una maniobra para acabar de arramblar con todo, para someternos y llevarse no sólo el dinero ni el trabajo, ni la producción sino también la libertad y la dignidad que nos corresponde y hasta el alma si se tercia. Nada, pensamientos extraños de uno, puede que a causa del calor asfixiante de estos días. Supongo que me afecta al cerebro…