Revista Cultura y Ocio
Ahora, un estudio científico nos avisa de que dos tercios de los cánceres que se diagnostican tienen que ver con el más puro azar. Ese que nos lidia cada día y a cada momento. No era difícil de adivinar tal afirmación, pero demostrarla ha sido algo desconcertante, aunque siempre hay que ser cauto con estos estudios que casi siempre tienen letra pequeña. La idea de que el azar es más importante que la genética o los hábitos no me sugiere nada bueno. Es como si hubiera aparecido el estudio en el preciso momento en el que "dicen que la crisis se ha superado" -quien lo diga a mi entender de forma interesada, maléfica y maquiavélica, aunque en cierto modo el mensaje de que la sociedad se conduce con optimismo esperanzador es alentador-. ¿Subirán las ventas de tabaco y alcohol? ¿De la comida basura y precocinada? ¿Etc.? ¿Querrán que vuelvan los rentables vicios nocivos que tanto dinero han dado y tantos cánceres han provocado? ¿Querrán las naciones lavarse las manos de la responsabilidad de los tratamientos? Por qué no hacen propaganda de los estudios científicos sobre la influencia de ciertas sustancias que producen cáncer y que ingerimos a diario. O sobre la polución mundial que seca los pulmones y los bosques. O... Es como si todos se quisieran subir al carro de las bonanzas económicas que se auguran aunque sea "peccata minuta" pensar que durará poco en el tiempo y que tendremos que pasar otra vez por las putas reformas que acabarán con más derechos sociales en detrimento del aumento de más ricos. La ruleta de la fortuna está en marcha. Hagan sus apuestas... Non va plus.