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Füssen
Bien sabe Dios lo que hace y nos regala!!!
A la mañana siguiente, después de haber visitado el sitial del Oktoberfest, había amanecido con una sensación térmica cercana a los 3° centígrados; lo que inspiró a nuestro anfitrión a proponernos una aventura que jamás hubiésemos pensado: Visitar la región de Füssen en la Baviera, cerca de la frontera con Austria; lugar donde el Rey Ludwing II, plasmó el encanto de la corte francesa de Versalles en tres de los más bellos castillos que he visitado: Linderhof, Hohenschwangau y Neuschwanstein.
Fotos tomadas del portal corbis.com
… Así que cortó y tomó unas cuantas manzanas de su huerto, galletas, jugos y agua. Y tomamos carretera a bordo de su vehículo, absortos aún por esa maravillosa sorpresa; en un viaje que nos tomaría casi trece(13) horas en ir, visitar y volver. Una decisión que casi nadie tomaría nos cumplía un sueño de vida.
Linderhof
Ubicado en un valle cercano al pueblo de Oberammerqau, es el más pequeño de los tres palacios construidos por Ludwing II y el único que vio terminado. El Rey solía ir con su padre de casería; luego lo reconstruyó y reubicó en su actual ubicación, y vivió en este resinto por aproximadamente ocho años.
Aunque Linderhof es mucho más pequeño que el palacio de Versalles, su influencia es visible. Ludwing II, era un gran admirador de Luis XIV de Francia, incluso adopto la divisa, “nec pluribus impar” de este rey francés, que se puede ver en el techo del vestíbulo de Linderhof.
La pieza central del vestíbulo es una estatua ecuestre del rey francés.
La escalera principal es una reducción de la famosa “escalera del embajador” de Versalles y fue copiada en tamaño real en el palacio de Herrenchiemsse. El símbolo del Sol, que está presente en el decorado de varios cuartos, es una referencia al “Rey Sol” y representa la idea de la monarquía absoluta, que Luis XIV promulgaba.
Hohenschwangau y Neuschwanstein
Dos palacios situados uno al lado del otro, se encuentran en el pueblo de Schwangau, perteneciente al Condado de Ostallgäu en el sudoeste de Baviera.
Hohenschwangau o Palacio del Gran Condado del Cisne, fue la residencia de infancia del Rey Ludwing II y fue construido por su padre, el Rey Maximiliano II.
Y del lado derecho de este pequeño Palacio podrán encontrar este maravilloso lago, cuyos colores se deben a la cantidad de minerales que en él se encuentran.
Neuschwanstein o Nueva Piedra del Cisne, obra que el Rey Ludwing II jamás pudo ver terminada. Se construyó en una época en que los castillos y las fortalezas ya no eran necesarios desde el punto de vista estratégico. Nació como una pura fantasía romántica, una composición de torres y muros que pretendía armonizarse con las montañas y los lagos; y abrió sus puertas al público en 1886, siete semanas después de la muerte del rey.
En mi viaje escuché que este palacio sirvió de inspiración para la construcción del Castillo de Walt Disney en Estados Unidos.
A ellos se accede desde el pequeño pueblo construido para el recibimiento de los turistas al pie de Hohenschwangau. En él, podrán adquirir los famosos relojes cucú de la Baviera así como otros souvenirs. Igualmente podrán adquirir las entradas numeradas y pautadas para determinadas horas. Les recomiendo tomen en consideración la cantidad de gente que exista al momento en la visita, y los tiempos de traslado según el medio de transporte escogido (Carruaje tirados por caballos o a pie). Por ejemplo: Desde el pueblo hasta el palacio de Neuschwanstein en carruaje, corresponde un trayecto de 45 minutos.
Todas las visitas son guiadas en diferentes idiomas, y la historia de ambos es realmente hermosa e increíble: Un Rey que llevó al máximo su inspiración en obras arquitectónicas, con salones, obras de arte y jardines, enclavados en unos paisajes de ensueño.
Si logran llegar a primeras horas de la mañana para visitarlos, les sobra tiempo, el clima los favorece y no existe ningún desperfecto, también podrán visitar un teleférico denominado Tegelberghaus que los llevará a una altura de 1720 metros a una pequeña estación de esquí y esparcimiento, desde podrán tomar hermosas vistas del valle y de los 2 cisnes alados, como he decidido denominar a estos palacios.
Y, con esta vista nos despedíamos de nuestra estadía en la Baviera Alemana. Con esperanzas de volver…
Links de interés
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